La situación ha sido y es muy dura, y cualquier
debate sobre política general en nuestra Comunidad ha de partir de esta
consideración. Muy dura y dolorosa por las personas fallecidas y sus familiares,
los enfermos, y por los afectados de una u otra forma.
Sería absurdo hacer oídos sordos a este dolor y
a esta dureza, tan absurdo como no mostrar agradecimiento a quienes han
combatido y combaten en esta pandemia, y la afrontan con generosidad y
competencia.
Pero el debate de hoy es sobre la incidencia de
la acción política del Gobierno para abordar los desafíos. Desde luego, todo ha
estado sostenido en una inconsistencia, y su Gobierno es un Gobierno fallido
porque, si de lo que se trataba era de reformar, no digamos de transformar o de
regenerar la Comunidad de Madrid, no se ha hecho nada relevante. Fallido e
inconsistente.
Bien desde el principio lo dijimos, “Madrid
necesita un cambio de Gobierno y un cambio en el modo de gobernar, y en sus
políticas”. Y lo reiteramos. La alianza que sostiene el actual Gobierno no ha
propiciado ese cambio necesario. Entre incertidumbres y titubeos se ha quedado
finalmente sin abordar la tarea.
Su discurso de ayer, en teoría sobre la orientación
política general de su Gobierno, más bien pareció confirmarse como una
recopilación de planes, de leyes y de gastos, mientras carecemos de un
imprescindible nuevo presupuesto regional. Todo quedó reducido a una retahíla
de propósitos. Más que una orientación resultó una desorientación, con
pretensiones de discurso de investidura o de presentación de un programa
electoral.
He evitado centrar mis consideraciones en su
persona, señora presidenta. Y no pensamos distraernos con su antología de
frases y señuelos. A pesar de su estrategia para confirmarse como personaje haciendo de las políticas
del Gobierno de Madrid una apuesta personalista. Lo importante es valorar su
gestión y evaluar los resultados, y su acción. Y, desde luego, para nosotros un
factor determinante habría de ser la creación de condiciones y oportunidades
para atajar la desigualdad y generar prosperidad.
La Covid-19 ha incidido de modo determinante.
Lo sucedido ha dejado en evidencia su modelo de región y con efectos
devastadores.
Siempre hemos buscado encontrar soluciones a
los problemas de los ciudadanos, y aportar y colaborar para ese fin. Pero
ustedes, señora presidenta, siguen empecinados en reducirnos a meros receptores
de sus decisiones, aislándose en el círculo de sus próximos, para proseguir en
preservar un modelo que entienden inmejorable. Y no lo es porque para empezar
es injusto, y no sólo no resuelve sino que genera desigualdades y no afronta la
pobreza.
La ciudanía, enfrentada a numerosos problemas y
aun comprendiendo lo complejo de la situación, entiende como descorazonador e insostenible
el Gobierno de la Comunidad. Y añado, y lo digo con respeto y con claridad, muy
concretamente su labor como presidenta. Evito pronunciar aquí los
calificativos, reiterados una y otra vez sobre su gestión, pero baste decir con
sencillez que su gestión es mala y con graves consecuencias.
Respondemos a esos objetivos con iniciativas, con propuestas, con nuestra labor parlamentaria en una Asamblea, a nuestro juicio, menos reactivada de lo que requiere la situación, incluso frenada por los grupos conservadores. Y con ello ha generado una pérdida de confianza en la institución parlamentaria. Y una opacidad: la negativa a ofrecer información pública de los datos más significativos, lo que dificulta un debate público y el control parlamentario.
Los ciudadanos de esta región, incluso con
independencia de su ideología o de a qué partido hayan o no votado, expresan
reiteradamente el alto grado de improvisación, ineficacia e incompetencia en la
que ha sumido a nuestra Comunidad durante estos meses. Y ha conducido a que
haya sido cuestionada usted, tanto personalmente, como su Gobierno, por gran
parte de la sociedad madrileña.
No pongo en duda la voluntad de su Gobierno ni
su dedicación pero está claro que no ha respondido adecuadamente a la
situación. Ni en el ámbito sanitario, ni en el de protección a nuestros
mayores, ni en el educativo, ni en el transporte, ni en el apoyo a colectivos
económicamente vulnerables, ni en la coordinación municipal, ni en la situación
económica de las empresas y autónomos. Y mucho menos en la de los trabajadores
por cuenta ajena, ni en la apuesta por los fondos europeos, ni en la lealtad y
colaboración con el Gobierno de España.
Sin unos servicios públicos de calidad el
colapso del sistema lastra las posibilidades de Madrid, y nuestra región pierde
competitividad y genera desigualdad poniendo en riesgo la paz social.
1.
Con una importante infrafinanciación. Somos la segunda Comunidad
con menos gasto sanitario por habitante.
2.
Hay una insostenible situación de la Atención Primaria en Madrid
y esto es decisivo y no alardee delo que lo que propone es un plan de acción
sin precedentes. Basta con detenerse en los datos. Los Centros de Salud están
muy infradotados de personal y recursos. El gasto en Atención Primaria es un
21% inferior a la media de España. La situación actual es inaceptable.
3.
Las listas de espera.
4.
Los problemas de personal. Casi la mitad tiene un contrato
temporal. En La Paz el 88% de los médicos menores de 40 años y el 70% de las
enfermeras no tienen contrato estable.
5.
El abandono de la Salud Pública. Componente vital de la
seguridad sanitaria colectiva.
6.
El déficit de una buena gobernanza de la Sanidad madrileña, ¿Por
qué siguen sin cumplir la Ley 11/2017 de Buen Gobierno del Servicio Madrileño
de Salud?
Ante la nueva fase de pandemia, hemos insistido
en la importancia de reforzar extraordinariamente los servicios de Salud
Pública y de Atención Primaria. Le propusimos contratar a todos los nuevos
médicos de familia formados en la Comunidad. Desgraciadamente no hemos tenido
éxito. Tampoco ha hecho caso a los expertos y profesionales sanitarios.
Volvemos a ser el epicentro de la pandemia en
España. Quienes se ensañan de verdad con usted y su gestión son los datos. La
primera obligación de su Gobierno era evitar un rebrote de casos y los medios para
lograrlo son bien conocidos. Para ello su Gobierno básicamente lo que tenía que
hacer de modo decisivo era contratar personal adicional para la Salud Pública,
unos 2.000 rastreadores, y reforzar los Centros de Salud.
Y usted no lo ha hecho.
Madrid, con el 14,2% de la población española,
tiene más de un tercio de los casos Covid-19, de los hospitalizados y de los
fallecidos. La incidencia acumulada de casos por 100.000 habitantes en los
últimos 14 días era de 618, más del doble que el conjunto de España. Además,
esta cifra esconde una desigualdad muy preocupante.
Según el informe epidemiológico semanal del
pasado 9 de septiembre, en tres grandes ciudades de la Comunidad (Alcobendas,
Fuenlabrada y Parla) la incidencia acumulada era superior a 700. Y en tres
distritos de Madrid, (Villaverde, Usera y Puente de Vallecas) tenían tasas
superiores a 900. Los datos por Zonas Básicas de Salud muestran que hay 10 con
una incidencia acumulada superior a 1.000. Son los barrios con peores
condiciones socioeconómicas los que también tienen peores condiciones en la
pandemia. Una vez más, las desigualdades en salud reflejan la pobreza y las
desigualdades sociales.
Nuevamente estamos preocupados porque pueda
verse desbordado y bloqueado el sistema sanitario, los hospitales y las UCIs.
Tenemos que evitarlo a toda costa. Los
datos no son buenos. Viernes 11 de septiembre: 18% de las camas hospitalarias
estaban ocupadas por pacientes con Covid-19, el 47% de las del hospital de
Vallecas, cuando la media de España era del 7,5%.
Y el problema es la tendencia creciente al
empeoramiento de todos los indicadores de la evolución de la pandemia en
Madrid.
No puedo dejar de citar la opacidad de los
contratos relacionados con la Covid-19. Y, desde luego, la disparatada
propuesta de una cartilla Covid, la construcción poco clara de un hospital de
pandemias que ningún experto encuentra lógica, el continuo enfrentamiento
desleal con el Gobierno de la Nación, la mala información y un largo etcétera.
Pero deseo centrarme en los puntos críticos
para salir del grave peligro en el que estamos. Resulta imprescindible un plan
de choque para detener el avance incontrolado de la transmisión del virus,
incluyendo el funcionamiento reforzado de todos los Centros de Salud y la
apertura de los Servicios de Urgencia de Atención Primaria (SUAPS).
Deje de lado, aunque solo sea por unos meses,
la confrontación política, la obsesión mediática y el negacionismo de la
realidad que le impide darse cuenta de la gravedad de la situación en que nos
encontramos.
Para eso sí estamos a tiempo si su Gobierno
rectifica y hace con urgencia lo que debe. Señora presidenta, basta de
ensoñaciones sobre un Madrid irreal, la alternativa no ha de ser únicamente la
posibilidad de un confinamiento total que nadie desea, y es su responsabilidad
evitarlo.
La enorme presión sobre el sistema educativo en
la pandemia ha puesto a prueba la capacidad de respuesta de su Administración.
Gracias al esfuerzo de la comunidad educativa, equipos directivos, profesorado,
padres, madres y tutores, los alumnos pudieron afrontar, aunque con
dificultades, el pasado curso.
Ustedes una vez más han derivado el peso de la
responsabilidad a las direcciones y equipos docentes de los centros, han
demorado hasta límites incomprensibles la incorporación de docentes o las
soluciones sobre normas básicas de propuestas por las autoridades sanitarias. Nuevamente
no coinciden los planes con la gestión de los mismos. ¿Dónde están los 11.000
profesores? La dotación de profesorado y espacios que reiteradamente le hemos
solicitado, o la de un sanitario por Centro, o el convenio con los
ayuntamientos para la financiación de la limpieza, etc. están sin resolver.
Los recursos destinados por el Gobierno de
España para Madrid permitían haber sido más eficientes al respecto y, desde
luego, es imprescindible un presupuesto que modifique el lamentable lugar que
ocupa nuestra Comunidad en gasto por alumno, siendo insostenible que sea uno de
los más bajos del país. Se precisa un acuerdo para incrementar el presupuesto
de educación hasta el 3% del PIB regional.
No se trata de elaborar leyes, como la que
propuso ayer, para blindar, ni para confrontar sino para buscar un acuerdo. Se
precisa una ley integral de Educación en Madrid. Para, por ejemplo, abordar
infraestructuras educativas y la incorporación de personal, atendiendo a su
formación. Y no dude de que de ser así participaríamos para su elaboración que
entendemos imprescindible.
El Gobierno de la Comunidad no puede seguir
trabajando de forma unilateral en la gestión de la Educación y debe contar con
la participación de las comunidades educativas y los agentes sociales para
tomar decisiones de forma ajustada.
Solo así, la bajada de ratios será
efectivamente real. Y, señora presidenta, no estamos de acuerdo con su
afirmación de que todos los niños se contagiarán en algún momento, eso no debe
ni siquiera plantearse. Ha de evitarse.
Y la máxima expresión de la dureza y dolor de esta pandemia ha sido lo sucedido en las residencias de mayores. La constatación de lo ya reiterado durante años de que el modelo era inadecuado, y con la confianza en que la Comisión de Investigación que impulsamos determine el alcance y las responsabilidades de lo sucedido, es unánime que resulta indispensable que el sistema público de servicios sociales avance hacia una reformulación del sistema de las residencias y garantice la calidad de los cuidados en todos los sentidos, y de hacerlo por ley. Desde luego a las personas mayores, a las personas con discapacidad y a quienes se encuentren en situación de dependencia.
Pero eso solo se logrará eficientemente de
nuevo con más participación de las familias, del personal, de los expertos y de
las organizaciones sociales y empresariales. Lo sucedido ha sido estremecedor y
no puede soslayarse en modo alguno la asunción de responsabilidades.
Es imprescindible mejorar la gestión con una
inversión adecuada y con más personal, abordar el problema de las ratios y
dotar a este sector de un empleo de calidad. Se hace necesario una mayor
implicación y coordinación del sistema sanitario y el social. Avanzar en
protección social.
Reclamamos políticas sociales, garantía de
ingresos y recursos para todas las familias madrileñas. En cuanto a la Renta
Mínima, debe complementar el Ingreso Mínimo Vital hasta alcanzar estándares que
les aseguren a sus perceptores una vida digna.
Y,
si nos detenemos en la atención temprana, queda mucha tarea, porque hay que
solucionar las listas de espera que se han estancado. Eran 2.438 niños y niñas
a finales de año y el 31 de este agosto son 2.463.
O
en las personas en situación de dependencia que están esperando su prestación y
no llega a pesar de que ustedes prometieron acabar con esa situación (son
29.002 personas a finales de agosto), o la financiación adecuada de los
servicios sociales municipales.
Y
el decisivo incremento de la pobreza infantil y de las dificultades de este
invierno de tantas familias en cuanto al pago de la luz y la calefacción. La
pobreza energética es una asignatura pendiente de esta región.
Y
no hemos de olvidar la importancia de los ayuntamientos de nuestra región, y la
necesidad de que este Gobierno colabore lealmente con ellos. Municipios que han
estado a la altura de las circunstancias en estos meses, a quienes agradezco su
compromiso diario. Por cierto, aún no les ha pagado los gastos que ellos han
adelantado durante el Estado de Alarma y que usted ya ha ingresado por parte
del Gobierno de España.
Usted y su Gobierno de coalición de PP y C´s,
apoyado por Vox, han impuesto, como principio rector para la gestión de la
crisis, el mantenimiento de un modelo económico y productivo, de un modelo
social que ha generado las mayores tasas de desigualdad de España. Desde el
axioma de ser la Comunidad más rica en cuanto a PIB y PIB per cápita,
tristemente hemos comprobado que ni siquiera después de una experiencia tan
traumática como la que estamos viviendo han sido capaz de abrir paso a
modificaciones de importancia.
Si no reconsideran seriamente estos
planteamientos, nuestra región no será una Comunidad sino una sucesión de
actividades, de intereses, de oportunidades, de condiciones, de posibilidades,
que desde luego no alcanzarán a la mayoría de la población.
Sin proyecto, Madrid será una región rendida
ante intereses particulares.
La Comisión de Estudio para la Recuperación
-cuya creación propuso el Grupo Parlamentario Socialista- debería culminar con
la aprobación de un dictamen que concite el respaldo más amplio posible de esta
Cámara. Y que impulse un modelo productivo regional a partir de una transición
económica justa, la digitalización, la creación de empleo, la cohesión social y
territorial y la igualdad entre el hombre y la mujer.
Es imprescindible que la Comunidad promueva y elabore los mejores proyectos de cara al Plan que España presentará en Bruselas para articular en nuestro país el Fondo de Recuperación, aprobado por el Consejo Europeo. Esos proyectos deben tener como objetivo la transformación y resiliencia de la economía regional, y responder a una estrecha colaboración con los municipios, los agentes sociales, la sociedad civil y con la sociedad del conocimiento. A tal fin, una Comisión de Seguimiento y una Oficina de Proyectos serían instrumentos muy útiles. La población no puede ser el único argumento, no hablamos de un mero reparto, lo decisivo es presentar proyectos trasversales y reformadores.
Señora presidenta, en la pre-pandemia ya
estábamos preocupados por la situación económica, social y laboral de Madrid.
No basta decir que si Madrid no se recupera no se recuperará España.
Ciertamente eso es decisivo, pero le reitero que las acciones sanitarias, de
prevención, detección y aislamiento de casos si se hacen bien logran buenos
resultados y minimizan la amenaza de la pandemia. Y eso es solidaridad, y eso
es también economía.
Es su deber articular una propuesta solvente
para la recuperación económica.
La situación es muy difícil. Si atendemos a los
539.664 trabajadores de nuestra región que fueron incluidos en un ERTE, aún
quedan, a día de hoy, 175.900 en esta situación: un 22% del total del país. La
cifra de paro en la región alcanza a 429.798 personas. Sus políticas no han
sido efectivas y el escenario de la inacción de su Gobierno no es nada
halagüeño.
Hablar de economía en Madrid es abordar la situación de la industria, del turismo y del comercio. Se necesitan nuevos planteamientos, más medidas y más iniciativa. Lo subrayan las empresas, las PYMES y autónomos, también el Madrid rural, la agricultura y ganadería de nuestra Comunidad. Trabajemos juntos para lograrlo.
Esta reivindicación y este malestar no es cosa
solo mía ni nuestra, proviene de sectores productivos, económicos, financieros,
comerciales, empresariales, profesionales, instituciones y organismos. Y no
simplemente es una opinión de parte sino que nace de la convicción de que por este
camino, sin las reformas de calado ni acuerdos consistentes, augura una muy
mala perspectiva para una sociedad que es, sin embargo, extraordinaria.
Falta un proyecto político de envergadura para
una sociedad con talento, que genera arte, valores, ocio cultivado, industria,
empleo, en definitiva, una sociedad que ha de cuidar e impulsar la Cultura y a
las personas que tanto hacen por ella. Y no reducirla a una sucesión de
espectáculos, sin duda de interés.
Una sociedad que urge incorporar innovación y
transferir conocimiento y que puede hacerlo gracias a su tejido empresarial y a
sus universidades.
Una sociedad cuyo futuro son nuestros jóvenes,
con quienes se deben diseñar programas de formación, de vivienda y de empleo,
para lograr su emancipación y la generación de nuevas oportunidades a la
región.
Una sociedad plural y diversa, que incorpore la
agenda feminista para una efectiva igualdad entre mujeres y hombres, y que
combata la violencia de género con herramientas eficaces.
Una sociedad que es consciente de la
importancia de cuidar su medioambiente, la calidad de aire de sus ciudades y
entornos, que luche contra el cambio climático. Y en esto, me reitero, todavía
estamos en un Madrid inexplorado.
El Gobierno regional aún no ha afrontado los presupuestos para el ejercicio 2020. Y no siempre los planteamientos presupuestarios de su Gobierno han correspondido a las necesidades para abordar los efectos de la crisis. Hemos reclamado insistentemente la necesidad de nuevos presupuestos que respondan a la realidad madrileña. Los actuales quedan obsoletos para afrontar las medidas necesarias frente al impacto económico y social de la crisis. El desmesurado incremento en pocos años de la deuda, manteniendo a la par servicios públicos infra-presupuestados, muestra que hay un problema grave en la concepción y ejecución presupuestaria.
Su política más bien parece empeñada en que las consecuencias del Covid-19 sean financiadas, incluso con endeudamiento, pero sin que se modifiquen en absoluto los planteamientos de la Comunidad de Madrid. Parece que su única propuesta es que todo debe ser sufragado desde el Gobierno de España o la Unión Europea, para proseguir en la misma, Pero, señora presidenta, la nueva situación requiere, más que nunca, un esfuerzo presupuestario de la Comunidad de Madrid con un nuevo planteamiento de la deuda y con una nueva política de ingresos que permita el sostenimiento del empleo y el tejido productivo. Es en este punto donde el debate es decisivo y si en esto no hay aproximación de poco valdrá su catálogo de frases. ¿Está ya negociando el presupuesto? ¿Con quién?
Hay por nuestra parte una responsabilidad y una
obligación. La de acceder a gobernar. Y si la hay es para promover el cambio
que precisa Madrid. Y no lo hacemos individualmente, y ni siquiera solo para
los más de 880.000 ciudadanos que nos votaron, sino pensando con ellos en toda la
ciudadanía madrileña.
Es cuestión de lograr las mayorías para que eso
sea posible, pero no de cualquier manera ni a cualquier precio. Y menos al
precio de no poder gobernar de acuerdo con las necesidades de modificación y de
cambio que requiere Madrid. A favor de una no discriminación y de una mayor
igualdad. Y dado que encontramos censurable este Gobierno, trabajamos para que se produzca un cambio. Pero éste no puede ser
nuestro único objetivo y menos aún en esta situación que hemos calificado de
dura y dolorosa.
Si pensamos que ha de lograrse esa mayoría es
porque, a nuestro juicio, no se está gestionando adecuadamente la situación y
no nos bastará con subrayarlo, ni con llenarlo de calificativos o
descalificativos. Proseguiremos trabajando para resolver los problemas, dentro
de las posibilidades tantas veces limitadas al no participar de la acción del
Gobierno.
Son quienes conforman el propio Gobierno, o lo
apoyan, quienes han de considerar si esta situación es sostenible. Y es usted,
señora presidenta, la que debe valorar si está en las condiciones para poder
hacerlo.
Podemos disentir y debatir sobre procedimientos
entre todos aquellos que consideramos que es imprescindible cambiar el Gobierno
de Madrid.
Pero es indudable que ello requiere una
determinada mayoría para conseguirlo, si es que efectivamente queremos ese
cambio, algo que difícilmente será apoyado por quienes forman parte del
Gobierno mismo. Salvo que el Gobierno se desarticule y sea posible articular
nuevas mayorías.
Y en esto es evidente que ya nuestra eficacia,
en lo que consideramos que es necesario, depende también de la palabra de otros,
por ejemplo: ¿qué es lo que piensa hacer Ciudadanos? ¿O es que no tiene nada
que ver con lo que sucede?
Podemos debatir sobre planes y estrategias pero
trabajamos para unir y unir para cambiar. Y estamos, por supuesto, abiertos a
incrementar esos procesos de unidad de acción en esa dirección. Y a utilizar
los mecanismos parlamentarios para lograrlo, insisto, para lograrlo. No solo
para reivindicarlo.
Estoy absolutamente dispuesto como candidato
más votado, del Partido mayoritario, del Grupo Socialista, a proseguir en esa
tarea y asumir con responsabilidad la que me corresponde. La que nos
corresponde. Estamos dispuestos.
Pero ahora lo determinante es combatir la
pandemia y sus secuelas y adoptar las decisiones imprescindibles de modo
conjunto. Y esto es lo que la ciudadanía nos requiere de modo inminente. Esta
es su prioridad. Y esta es nuestra prioridad. Y no nos distraigamos en
controversias infecundas.
Sin embargo, su Gobierno trabaja en la añoranza
de conservarse en su modelo, de acomodarse en sus políticas y de volver a las
andadas. Y ese lugar ya no existe. Ni eso ocurrirá. Ni es justo que lo fuera. Y
trabajamos y trabajaremos para que no suceda.
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