viernes, 19 de octubre de 2018

Política general de Urbanismo y Suelo en la Comunidad de Madrid





Desde luego, hace falta una nueva Ley de Urbanismo y Suelo en la Comunidad de Madrid. Pero no es la que el Gobierno Regional, del PP, aprobó el 4 de abril de 2017 y que estamos trabajando ahora en Ponencia dentro de la Comisión de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio. Hace falta otra ley con características distintas de las reflejadas en el Proyecto de Ley 3/17, de Urbanismo y Suelo. Pero, sobre todo, hace falta otra ley que esté consensuada y acordada con la ciudadanía, a través del entramado asociativo, de los sindicatos, partidos políticos, ayuntamientos y los grupos parlamentarios de la Asamblea de Madrid.

Sobre ésto hablamos en el pleno del día de ayer, en una Interpelación al Gobierno sobre su política general en materia de Urbanismo y Suelo solicitada por el Grupo Parlamentario Socialista y que tuve el honor de defender. 

A continuación os dejo el texto de mi intervención, además del video de la sesión, tanto en la primera intervención con en la réplica. Para ver la interpelación completa, pinchar aquí

Porque otro urbanismo es posible en la Comunidad de Madrid. Y vendrá de la mano de Ángel Gabilondo. 


2.1Expte: I 24/18 RGEP 12689Autor/Grupo: Sr. Gómez Montoya (GPS).
Destinatario: Gobierno.
Objeto: Política general del Consejo de Gobierno en materia de urbanismo y suelo en la Comunidad de Madrid.


Gracias Señora Presidenta, Señorías,

Trabajar, desde el compromiso, la sostenibilidad territorial es la clave del futuro para cualquier región. Nadie debería dudar sobre esto.

Una adecuada estrategia territorial permite reducir las diferencias territoriales de una determinada comunidad, provincia o municipio; también conseguir que, desde el territorio, se beneficie al conjunto de la población.

Estrategia Territorial, por tanto, es un concepto sinónimo a los de desarrollo, equilibrio, homogeneidad, sostenibilidad, igualdad de oportunidades y mercado laboral.

Porque una adecuada estrategia de nuestro territorio reduce la brecha que exista cuanto a la prestación de servicios públicos; mejora nuestro medio ambiente y biodiversidad; y genera puestos de trabajo al provocar una transición ecológica de la economía desde la apuesta por estrategias renovables. Y nos permite tener los mismos derechos efectivos, al tener acceso al mismo número de servicios públicos, tanto en cantidad como en calidad.

La ausencia de estrategia territorial genera todo lo contrario, que es lo que lleva ocurriendo en esta región desde junio de 1995, y especialmente desde el 7 de julio de 2001, cuando se publica la vigente Ley del Suelo de la Comunidad de Madrid.

Hoy volvemos a hablar de modelos urbanísticos y de cómo, desde la política, podemos apostar por estrategias de crecimiento diferentes en función de los intereses que se defiendan.
El Partido Socialista, siempre estará del lado del ciudadano y nuestro modelo de desarrollo territorial será siempre compatible con los intereses de éste en un núcleo rural o urbano respetuoso con el medio ambiente, sostenible y generador de empleo y oportunidades de crecimiento.
Porque el crecimiento territorial es compatible con lo sostenible y lo económico.    
Las leyes sirven, o deberían servir para equilibrar, y para facilitar el acceso a aquellos más desfavorecidos o con mayores dificultades para alcanzar el goce de derechos, libertades, bienes o servicios.
También, es cierto, puede servir para todo lo contrario, para desequilibrar y poner la riqueza en manos de unos pocos. 
Y el PL 3/17, de urbanismo y suelo es uno de esos proyectos que no sirve a los intereses de la mayoría de los ciudadanos.
Y, Señorías, éste es el modelo de urbanismo y suelo del gobierno del PP en la Comunidad de Madrid.
Y esto lo llevamos diciendo toda la legislatura, desde que el ex consejero González Taboada presentó el PL.
El Grupo Socialista presionó en esta Cámara para actualizar la vigente Ley del Suelo, pero cuando se planteó el debate y un nuevo texto legal llegaron sin la transparencia, los contenidos y el consenso necesarios.
Hemos repetido hasta la saciedad que el modelo urbanístico de la región se basa en una ocupación del suelo sin rigor, obviando los intereses de la mayoría, sin tener en cuenta ni la diversidad ambiental, ni la sostenibilidad ni la necesaria planificación estratégica de nuestra Comunidad.

A día de hoy no hemos conseguido tener un urbanismo, jurídica y administrativamente hablando, homogéneo en esta Comunidad, 

Porque el 90% de los Planes Generales o Normas Subsidiarias no está adaptado a la vigente Ley 9/2001, 17 años después de su aprobación.
Por cierto, una Ley la 9/2001, que ha sido modificada en unas 15 ocasiones, aprovechando las leyes de acompañamiento presupuestario.
Así, ocurrencia tras ocurrencia, amparada en la mayoría absoluta del PP en esta cámara, se ha ido configurando una región como la nuestra donde nada importaba la prevalencia del interés general en la acción urbanística; tampoco que los aprovechamientos y los beneficios fueran para unos pocos frente a una ciudadanía que veía reducida la carga social que el suelo siempre había representado para el beneficio de la mayoría.
 La Ley, cada vez más lejos de sus principios rectores, se iba acomodando a un sector de la población minoritaria que la redactaba a la carta con la pluma del Consejo de Gobierno de esta Comunidad.
Gracias a las entidades ciudadanas, ecologistas, de vecinos y partidos políticos de la izquierda madrileña se ha ido poniendo cierto orden en el caos urbanístico de la región, eso sí, gracias a los Tribunales de Justicia, que han sido los que han ordenado, mínimamente, el urbanismo de esta Comunidad.
Y para arreglar este desaguisado urbanístico, el gobierno, del PP, nos presenta un Proyecto de Ley que es no más de lo mismo, sino peor de lo existente porque:
1.    Legaliza, de facto, los denominados “asentamientos no regularizados”, consintiendo situaciones ilegales sin exigir las cesiones que tuvieron que realizar quienes optaron por la vía legal.
2.    Prevé usos excesivos del suelo no urbanizable protegido, el de nuestros parques regionales y parque nacional.
3.    Se sigue manteniendo la cesión de aprovechamiento en el 10% (art. 31.2), cuando el legislador estatal permite llegar hasta el 15%. 
4.    Se reduce de forma espectacular el mínimo de cesiones dotacionales, que se deja en 30 m2 de suelo por cada 100 construidos (basta recordar que la redacción primigenia de la Ley 9/2001 establecía un mínimo de cesiones de 120 m2 de suelo por cada 100 construidos).
5.    Contempla la posibilidad de que se puedan destinar a equipamientos privados suelos que han sido obtenidos como equipamiento público mediante cesión obligatoria.
6.    Reduce a la mínima expresión la reserva de suelo para viviendas protegidas (art. 49).
7.    No se ocupa de la ciudad existente, dejando la Rehabilitación, Renovación y Regeneración urbana sin el protagonismo que merece en el nuevo paradigma económico estatal y regional.  
8.    Privatiza, de manera encubierta, el urbanismo regional, al regular un sistema de habilitación a las llamadas “entidades privadas colaboradoras”. Ningún problema debe existir la colaboración de entidades privadas en el ejercicio de potestades públicas, pero la decisión última siempre debe ser de la Administración pública.
9.    Contempla la posibilidad de enajenación directa de los bienes integrantes del Patrimonio Público de Suelo, cuando no debiera contemplarse en ningún supuesto la posibilidad de enajenación directa.
10. Convierte en bienes patrimoniales aquellos terrenos que fueron objeto de cesión a la Comunidad de Madrid en concepto de redes supramunicipales. Es decir, que pueden ser objeto de venta.
Me queda una (pen) última característica: 
La ausencia de consenso con entidades, operadores, partidos políticos, municipios, sindicatos, asociaciones, grupos ecologistas, federaciones de vecinos, profesionales del derecho, de la arquitectura, etc. para redactar una ley de la importancia de ésta.
La política general de urbanismo y suelo de este Consejo de Gobierno sí se diferencia del de Gallardón, Aguirre, González, y es que es más neoliberal todavía y menos proteccionista de nuestro rico y biodiverso territorio.
Resulta difícil que así sea, pero es la realidad.
El PP podría haber aprovechado el tiempo de esta legislatura en consensuar una ley válida para todos y para mucho tiempo.
Pero se ha optado por todo lo contrario, quizá en un intento desesperado de dejar atadas algunas cosas.
El grupo parlamentario de Ciudadanos ha sido cómplice de esta estrategia.
La pregunta que nos hacemos todos, todos los madrileños y madrileñas quiero decir, es si seguirá siendo el socio de gobierno del PP en los asuntos urbanísticos, arriesgándose a mancharse con todo lo que emana y puede llegar a impregnarse si se apruebe el Pl 3/17.
Sr. Izquierdo, difícil papeleta la suya; ya lo era para el Sr. Rollán y Vd. ha heredado un proyecto de Ley que, me consta, no le gusta, como no le gusta tampoco al Sr. Rollán. No en vano es del Sr. González Taboada.
Pero este PL representa su modelo de gestión en urbanismo y suelo.
¿No le parece, Sr. Izquierdo, que al urbanismo madrileño hay que darle la vuelta como a un calcetín? ¿No cree que Vds., el gobierno del PP quiero decir, no tienen elementos para generar confianza y seguridad jurídica en los sectores implicados en el urbanismo madrileño con una ley de estas características?
El PL 3/17 es un proyecto injusto, insolidario y que no ha sido acordado con la gran mayoría de las entidades ciudadanas, sindicales, políticas, de vecinos o ayuntamientos, que no le gusta a nadie y que va a entrar en vigor prácticamente en la próxima legislatura. 
Para los socialistas, la ley del suelo debería conseguir “desterrar cualquier sombra de duda en el urbanismo madrileño y ha de disponer de un amplísimo consenso”. 
Y en la normativa que plantea el Ejecutivo faltan muchas cosas, ya lo hemos dicho, mayor protección a los espacios naturales y ambientales; más cesiones a los municipios, sobre todo para vivienda social, y hablar de la cuidad existente haciendo de la regeneración, rehabilitación y renovación urbanas las protagonistas; no podemos seguir extendiendo las ciudades para construir más y más. Ni es sostenible, ni es inteligente, ni tenemos más territorio”. 
Decía la Ministra Teresa Ribera el pasado lunes que las generaciones futuras no entenderán que, pudiendo haber hecho algo para reducir y mitigar los efectos del Cambio Climático, no lo hayamos hecho.  
Con respecto del urbanismo y el suelo podemos decir lo mismo, ya que éste es un asunto capital para los intereses y el futuro de la región. De toda la región Sr. Izquierdo.

No obstante, le escuchamos con atención Sr. Consejero.
 Gracias, Sra. Presidenta.



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