En materia de Urbanismo y Suelo, PP y CIUDADANOS también son lo mismo.

Una vez más, el Grupo Parlamentario de Ciudadanos ha demostrado formar parte de la derecha, en este caso madrileña. Tenían una magnífica oportunidad de decir alto y claro que el Proyecto de Ley 3/17, de Urbanismo y Suelo de la Comunidad de Madrid, no es la Ley que necesitamos en esta Comunidad. Podían haber provocado con su voto a favor de la moción del Grupo Parlamentario Socialista, la retirada de este Proyecto y el inicio de un proceso de negociación de un nuevo texto con todas aquellas entidades y asociaciones, grupos parlamentarios, colegios profesionales, ayuntamientos y demás colectivos interesados. 

Pero no ha sido así. La suma PP y CIUDADANOS ha impedido que la moción del Grupo Parlamentario Socialista se aprobara y, por tanto, el Proyecto de Ley sigue su curso. 

Y ésta no es una Ley más. No goza, como decíamos, del consenso necesario, y tiene los defectos típicos de una Ley larga, con vocación reglamentista, sobre una materia que requiere de conceptos claros y válidos para tod@s. 

Hemos debatido muchas veces, tanto en Pleno como en Comisión de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, sobre el modelo urbanístico del PP (y Ciudadanos) en la Comunidad de Madrid. La última vez fue durante el pasado pleno de fecha 25 de octubre de 2018, volviendo a quedar patente que el modelo urbanístico del PP (y Ciudadanos) para esta Comunidad es el de la desregulación y la ambigüedad. 

A continuación os dejo el texto de mi intervención durante el pleno de ayer 8 de noviembre, además del acceso al video de la sesión. 

Esta Ley, que presumiblemente se aprobará a finales de este año, entrará en vigor después de las elecciones autonómicas y municipales del 26 de mayo de 2019, es decir, con otro gobierno constituido que saldrá de las urnas y la voluntad popular. Y el PP (y Ciudadanos) se empeñan en que sea ésta, una mala ley, la que condicione la política del futuro gobierno de la Comunidad de Madrid. Sin duda no es lo mejor para los madrileños y madrileñas. 

Seguiremos intentando que esta Ley no se apruebe en la presente legislatura y que la próxima sea fruto del consenso. El sentido común lo pondremos los socialistas, como siempre. 

4.1 Expte: M 11/18 RGEP 13974

Autor/Grupo: Grupo Parlamentario Socialista.

Objeto: Subsiguiente a la Interpelación I 24/18 RGEP 12689, sobre política general del Consejo de Gobierno en materia de urbanismo y suelo en la Comunidad de Madrid. Publicación BOAM núm. 204, 25-10-18

Gracias Sra. Presidenta, Señorías,

El Partido Popular lleva 23 años gobernando la Comunidad de Madrid.

En estos 23 años los madrileños hemos vivido, y sufrido, políticas que han deteriorado la sanidad, la educación, la dependencia o la atención social  a los colectivos que más necesitaban de la Administración Púbica.

También hemos sufrido la ausencia de responsabilidad a la hora de afrontar los retos de la crisis económica; esa crisis provocada por el pinchazo de una burbuja creada por unos cuantos desaprensivos, provocando que cientos de miles de personas, también madrileños, sufrieran las consecuencias del desempleo en una ausencia cuasi absoluta de políticas activas generadoras de empleo en esta Comunidad.

Y también llevamos 23 años sin ordenación ni estrategia territorial porque aquellos que ocasionaron la burbuja seguramente fueron los mismos que acuñaron a finales del siglo pasado aquello de “España es una grande libre y urbanizable”.

El suelo necesita regulación. Reglas claras, válidas para todos, uniformes y con paredes de cristal. Y siempre desde la gestión pública.  

Si el suelo ha sido el precursor de actitudes ilícitas, presuntas unas y condenadas otras, lo ha sido porque las leyes, las normas eran de una laxitud premeditada. Solo así podemos entender que los tribunales de justicia hayan fallado en tantas ocasiones contra actos administrativos amparados por la vigente Ley del Suelo.  

Y el suelo, patrimonio de todos los madrileños, ha servido durante 23 años al servicio de colectivos muy concretos.

Señorías, sé perfectamente que los gobiernos del Partido Popular son fruto de un resultado electoral, aunque alguno como el de 2003 requiera de aclaraciones. Estas vendrán en el futuro, estoy seguro.

Pero las mayorías absolutas hay que saber administrarlas y sin duda el PP en la Comunidad de Madrid no ha estado a la altura de la confianza que los madrileños depositaron, ya que la imposición ha sido norma general.

Y esta afirmación se hace grande cuando nos referimos a las políticas de Suelo, urbanismo y ordenación del territorio.

Hoy, a 8 de noviembre de 2018, esta comunidad dispone de millones de metros cuadrados bien en empresas públicas como Obras de Madrid, o como aportación en redes supramunicipales.

Millones de metros cuadrados que NO se han utilizado. En algunos casos porque no han sido adjudicados en los diferentes concursos porque los suelos tenían tantas cargas que eran de imposible venta, o porque no estaban urbanizados, o porque sus presuntos destinatarios siguen esperando, quien sabe. En la Comisión de Corrupción Política hemos hablado de este asunto.

En otros casos porque no se ha querido intervenir en un mercado que se consideraba estrictamente privado. Ideología ultra liberal, en sentido estricto, aplicada a sabiendas en una región donde hacen falta miles de viviendas sociales para miles de ciudadanos que necesitan ayuda.

El suelo supramunicipal podría haberse convertido en viviendas, como decía, pero también en escuelas infantiles, en colegios públicos, en centros de salud, en bibliotecas, en centros de día, en carreteras, en transporte público, en aparcamientos disuasorios y en otros tantos tipos de equipamientos siempre públicos.

Y en último extremo, si esta Comunidad no quiere, o no puede, hacer nada con este suelo, devolvérselo a los Ayuntamientos para que desde las administraciones locales sí se les diera un uso correcto.

Todo esto está permitido y consentido por la actual ley del urbanismo madrileño. Digo bien del urbanismo madrileño porque la ley estatal, que establece parámetros mucho más beneficiosos para los ciudadanos, no se aplica en esta Comunidad por voluntad del gobierno del PP y del grupo parlamentario que le viene sustentando estos últimos 23 años.

Y señorías, este es el modelo de urbanismo y suelo del Gobierno del PP en esta Comunidad.

Que los tiempos han cambiado es evidente. El PP ya no tiene la mayoría absoluta que le permitía poner en marcha sus políticas sin tener que dar explicaciones a nadie, ni siquiera a los ciudadanos que le votaron.

Pero el Proyecto de Ley 3/17, de urbanismo y suelo de la Comunidad de Madrid, aprobado por el Consejo de Gobierno el 4 de abril del año pasado, ha sido redactado sin tener en cuenta el necesario consenso.

Este proyecto de Ley, que se debate actualmente en la Ponencia creada al efecto, se redactó a espaldas de la ciudadanía, de los partidos políticos y de los grupos parlamentarios de esta Cámara.

No responde a las necesidades de los madrileños porque:

·       No protege nuestro rico patrimonio ambiental. Más bien todo lo contrario porque prevé un uso excesivo del suelo protegido en parques regionales y parque nacional.

·       No favorece la vivienda pública, reduciendo su porcentaje a la mínima expresión. La inmensa mayoría de iniciativa privada.

·      Mantiene la cesión de aprovechamiento en el 10% (art. 31.2), cuando el legislador estatal permite llegar hasta el 15%.

·       Legaliza, porque sí, el elevado volumen de urbanizaciones ilegales, esas que el PP ha dejado florecer en nuestra Comunidad por la ausencia de control urbanístico.

·       Reduce a porcentajes insignificantes las cesiones dotacionales para los ayuntamientos, pasando por encima del sagrado precepto de que las operaciones urbanísticas tienen que devolver a la sociedad parte de los beneficios que generan. En algunos casos pingües beneficios. Y se renuncia a establecer mínimo alguno para sistemas generales.

·       No se ocupa, como debiera, de la ciudad existente ya que dedica 3 artículos, de los casi 300, a la rehabilitación, renovación y regeneración urbanas.

·      Se contempla la posibilidad de que se puedan destinar a equipamientos privados suelos que han sido obtenidos como equipamiento público mediante cesión obligatoria y gratuita.

·      Se sigue contemplando la posibilidad de enajenación directa de los bienes integrantes del Patrimonio Público de Suelo.

Esto, entre otras muchas cosas que hemos dicho en repetidas ocasiones en esta Cámara.

Señorías esta Comunidad no tiene estrategia territorial.

Una nueva ley, por tanto, podría ser una oportunidad para volver a fijar las bases de una adecuada ordenación territorial.

Por eso les instamos a aparcar este Proyecto de Ley, para hacer otro.

Otro consensuado con entidades vecinales, ciudadanas, colegios profesionales, ayuntamientos y Federación de Municipios, partidos políticos y grupos parlamentarios, operadores, consultores y ciudadanía en general.

Una ley corta, de principios básicos, de todos y todas, acordados, que no sea objeto de modificación por el gobierno de turno, sino que sirva de guía tanto para la legalidad como para la transparencia del urbanismo madrileño. Por supuesto para el crecimiento ordenado de nuestra Comunidad, teniendo en cuenta la sostenibilidad territorial, económica y ambiental.

Aprovechemos los meses que nos quedan de esta legislatura para ello. Da tiempo, si queremos, a abrir una mesa amplia de debate con todo aquel que tenga algo que decir, que son muchos y muchas por cierto.

Hagamos las cosas con inteligencia, planeando el futuro haciendo estrategia territorial, para que la despoblación de nuestros municipios más pequeños, por ejemplo, no siga avanzando.

Para que dispongamos de zonas industriales que ofrezcan empleos de calidad, duraderos, en nichos como las energías renovables, o la economía circular, o la oportunidad que generan los residuos, haciendo un giro copernicano de la actual situación de parálisis e inacción del gobierno regional.

El Grupo Socialista les invita a ello. Especialmente al Grupo Parlamentario de Ciudadanos.

Porque, señorías, otro urbanismo es posible. Y podemos hacerlo entre todos y todas.

Gracias Sra. Presidenta, Gracias Señorías.