Discurso de Ángel Gabilondo en el debate de la enmienda a la totalidad presentada por el Grupo Parlamentario Socialista a los Presupuestos de la Comunidad de Madrid para 2017.
Estos presupuestos no son
responsables. No decimos que el Gobierno sea
irresponsable, o que lo sea el equipo que los ha elaborado, o quienes los
avalan. Los presupuestos no son
responsables porque no dan respuesta, porque no responden a lo que la Comunidad
de Madrid necesita. Y tras su minucioso estudio es nuestra obligación presentar
esta enmienda a la totalidad.
Este
debate tendrá más sentido si en lugar de tratar de buscar alivio en la
comparación con otras instituciones, somos capaces de comparar entre lo que
esta región hace y lo que debería llegar a hacer. Puestos a comparar, debería ser
con otras regiones europeas de las mismas condiciones de vida.
Estos
presupuestos no estarían mal si alguien pretendiera gobernar para confirmar el
éxito de quienes ya lo tienen; si se priorizara dar estabilidad a quienes viven
en mejor situación; si se entendiera que no es tan determinante que haya
personas que se encuentren en situación de vulnerabilidad. Serían adecuados si no
se creyera importante que el 20,5% de los ciudadanos y ciudadanas de Madrid
vivan en pobreza o que la desigualdad aumente, o que las personas que tienen
trabajo no siempre lo tengan en condiciones dignas; si resultara lateral que no
se disponga de un modelo productivo que transforme la región; si se creyera que
lo decisivo es ir tirando en un Madrid que no es capaz de proponerse otros
horizontes. Si así se pensara, se comprendería mal o no se comprendería a qué
viene esta enmienda a la totalidad.
No
es solo un asunto de concepción o de planteamiento global, es que el Gobierno también tiene un problema serio
de gestión. La realización y seguimiento de lo anunciado no es ni eficiente ni
solvente.
Si
el retraso de cinco meses en la presentación de estos presupuestos hubiera
obedecido a la búsqueda de consensos con los grupos parlamentarios de esta Cámara,
podríamos comprender que hubiera sido un proceso laborioso y largo. Ya el dos
de diciembre el Gobierno de España les trasladó las cifras necesarias para
confeccionar los presupuestos y, tras nuestras reiteradas demandas, no han dado
suficientes explicaciones de este retraso. Pero ningún retraso es mayor para
los presupuestos que el hecho de que no sean adecuados.
La
mitad de la Cámara no ha tenido la oportunidad de opinar ni de aportar en la
fase previa de elaboración de los presupuestos. Nos dirán que podemos hacer
aportaciones durante el proceso de enmiendas, pero la reglamentación limita
mucho los cambios. Por supuesto cumpliremos, si esta enmienda no sale adelante,
con nuestra obligación. Insisto, no lo hacemos por oposición partidista, sino
que lo hacemos por responsabilidad.
Desde
luego, no ponemos en cuestión el que otros, por ejemplo el Grupo Ciudadanos,
apoyen estos presupuestos o puedan apoyarlos. Pero recordamos que importantes asuntos que conjuntamente hemos defendido y
reclamado en la Cámara no están en los presupuestos: la mejora de la lista
de espera quirúrgica, el refuerzo educativo a la atención a la diversidad del
alumnado con necesidades educativas específicas y el impulso a la FP, el Abono
Social de Transporte, o los refuerzos para juzgados de violencia de género, entre
otros.
Parecería
que si faltan muchos de esos compromisos asumidos, eso habría de ser razón
suficiente para no apoyarlos.
Compartimos
la necesidad de generar bienestar y riqueza, de hacer de Madrid una Comunidad
que sea muy productiva en bienes y servicios, pero no podemos avalar un modelo
que no alcanza a todos, que deja a muchos ciudadanos al margen, y que no ofrece
expectativas ni horizontes razonables.
Mientras
tanto, ustedes airean que se trata de unos presupuestos que “son una
herramienta eficaz para avanzar en la recuperación social”, pero ese objetivo
no parece realista ya que se mantienen las líneas esenciales de las políticas, tanto
de gastos como de ingresos, de legislaturas anteriores.
Existe un aumento de tasas de pobreza
y exclusión social de 1,3 puntos en el último año.
Bastaría centrarse en la pobreza energética. En la Comunidad de Madrid hay
765.000 personas con gastos en energía doméstica por encima del 10% de sus
ingresos. En torno a medio millón de
personas no pueden mantener sus hogares a una temperatura adecuada y, sin
embargo, la dotación para pobreza energética es de apenas dos millones,
absolutamente insuficientes para atender a los vulnerables energéticamente.
Además, según el INE, el 22% de la
infancia y la adolescencia madrileña está en riesgo de pobreza y exclusión. Sin
embargo, las ayudas, las partidas dedicadas a comedor y transporte escolar, se
reducen. Las becas se reducen cuatro
millones con respecto a lo aprobado. Las tasas de FP siguen exactamente
igual a pesar de que esta Cámara se pronunció unánimemente diciendo que
deberían bajar; pues no, siguen exactamente igual.
Sus políticas producen desigualdad. Y
los presupuestos no pueden ignorar la desigualdad y la exclusión.
Según la encuesta de población activa, en nuestra Comunidad ha aumentado la
desigualdad de renta, el salario medio del 10% de la población más rica es 12
veces superior al salario del 10% que menos gana. La riqueza se concentra en
unos pocos, mientras tantos trabajadores empobrecen. Según los datos de la
Agencia Tributaria en Madrid, más de 700.000
asalariados percibieron en 2015 unos ingresos salariales iguales o inferiores
al Salario Mínimo Interprofesional (SMI), por debajo de los 500 euros al mes.
Uno de cada cuatro asalariados en Madrid se encuentra en esta situación de
precariedad laboral. Demasiada contratación temporal, demasiados contratos de duración
muy corta, incluso, el 20% dura menos de una semana. Se da una continua
devaluación salarial que tiene como resultado que haya trabajadores pobres que, a
pesar de tener un empleo, no pueden vivir dignamente. No podemos considerar que
esto es indiferente a las políticas económicas y laborales.
El
paro sigue siendo uno de los principales problemas de la región, una situación
en la que se encuentran 409.826 personas, y que incide principalmente en las
mujeres y los jóvenes. Además debe preocuparnos que más de la mitad de los
parados no reciben prestaciones, lo que convierte al desempleo en una rampa
hacia la pobreza.
¿Creen
ustedes que los presupuestos abordan los graves problemas que acabo de
describir?
En Madrid no hay un modelo de
crecimiento sostenido y sostenible, crecemos de forma desigual.
Se genera riqueza en pocos sectores económicos, principalmente actividades
ligadas a los servicios, mientras se descapitaliza la industria que es un
sector de mayor valor añadido y buenos empleos.
Anuncian
un Plan para la rehabilitación de polígonos industriales. Eso decían ya sus
predecesores. De los planes Activa plurianuales nada se sabe.
Mantienen la empresa Madrid Activa, que supone cerca de un millón y medio de
euros para gestionar unos planes que no son efectivos, ni precisamente activos.
Presupuestaron el año pasado y luego no ejecutan. La inseguridad en los planes
de rehabilitación de esta Comunidad tiene ya tradición, baste recordar el de viviendas
que se interrumpieron abruptamente trasladando la deuda a los vecinos de los
barrios más modestos de la región. También esto sigue ausente en su
presupuesto.
A
pesar de que como Gobierno califican estos presupuestos como los de la
recuperación, lo cierto es que el PIB
madrileño se está ralentizando y la previsión para este año es de un crecimiento
del 2,6%, ocho décimas inferior al del
año pasado. Tenemos razones para pensar que no está claro que este
escenario vaya a ser mejor. Lo cierto es
que el 60% de las inversiones que
llegaron
el año pasado tuvieron como destino el sector financiero, seguros y actividades
inmobiliarias. De no establecer un control adecuado, estas inversiones podrían
generar muchas complicaciones en burbujas financieras e inmobiliarias.
Su proyecto de presupuestos para 2017
no es una herramienta eficaz para transformar la región, no apuestan de manera
decidida por políticas que mejoren la creación de empleos de calidad ni por la
mejora salarial de nuestra comarca ¿Cuál es nuestro
horizonte? La desigualdad es la característica más dolorosa de Madrid. Parecería
que el Gobierno cree más en una gran operación económica salvífica que en una
serie de políticas consistentes y coherentes que persistan en una dirección
definida y seria.
El presupuesto que dedican al Plan de Inversión Regional
y al antiguo Prisma es claramente insuficiente. Tampoco existe un plan de ayuda
a las Corporaciones locales con mayores problemas de financiación de deuda. Así
que, a falta de un Pacto Regional al respecto, permítasenos poner en cuestión
su voluntad municipalista.
Los
presupuestos han de ser suficientes, eficientes y equitativos. Y la política fiscal
también Y esto no se cumple, dado que no aportan los recursos que se necesitan
para dotar de los servicios públicos básicos a la Comunidad. Tendríamos que preguntarnos por qué la deuda ha
aumentado en más de 3.100 millones de euros desde que llegaron al Gobierno, un
12% más, y la previsión es que a finales de año la deuda se sitúe en 31.000 Millones de euros,
el 14, 2% del PIB. Podemos atribuirlo todo al sistema de financiación
autonómica. Indudablemente se debe revisar. Es cierto que esto impide tener un
presupuesto más holgado pero también han sido muy determinantes las decisiones
adoptadas por el Gobierno regional que han restado ingresos al presupuesto. El importe de los beneficios fiscales como
consecuencia de la normativa autonómica está en 3.000
millones de euros, lo que esta Comunidad deja de recaudar por una política
fiscal, a la que hay que añadir otros 630 millones del impuesto de patrimonio
que tiene una bonificación del 100% en esta Comunidad. Ustedes insisten en que esto beneficia a todos, pero
nosotros pensamos que especialmente beneficia a los 15.000 contribuyentes que
no tienen que pagar el impuesto de patrimonio, a pesar de tener una riqueza que
supera el millón de euros. Se trata de abordar una política fiscal
que ahora es injusta y que merma los ingresos y nos conduce a este continuo
recurso a la deuda pública.
La velocidad del endeudamiento de la Comunidad de
Madrid en los últimos años, incluidos los que ustedes llevan en el Gobierno, es
tan elevada que representa el 13% del presupuesto de gastos. Es la tercera partida más relevante, con un
volumen de crédito cercano a los 2.650 millones de euros. Madrid se gasta más
en deuda que la suma de los gastos en Servicios sociales, promoción social,
fomento del empleo y acceso a la vivienda y fomento de la edificación, por
poner una referencia. Solo en intereses este año pagaremos 815 millones de
euros.
Podría pensarse que todos estos problemas están
abordados presupuestaria y políticamente. Desde luego, en el último año hemos asistido a múltiples
presentaciones y anuncios de Estrategias y Planes aprobados por el Gobierno regional
con dotaciones millonarias y no hay modo que encontrar de forma clara y precisa
dónde están esas dotaciones en los presupuestos. Han hablado ustedes de un
total de 25 estrategias, con una dotación económica de 16.000 millones de
euros, de los cuales 3.200 millones corresponderían a 2017 y, de estos, 2.500
millones a estrategias que son competencia de la Consejería de Asuntos Sociales
y Familia. Sin embargo, en los presupuestos, esta Consejería tiene 1.585
millones asignados. ¿Dónde está el presupuesto que anuncian? No siempre cabe el
recurso de decir que son estrategias transversales. ¿Dónde están? Y se lo hemos
preguntado una y otra vez, de todas las formas posibles y seguimos esperando
esta información.
Lo cierto es que más bien parece que incumplen los
compromisos. Y un buen ejemplo lo vemos en la ejecución del presupuesto de
2016, el primero elaborado por ustedes. Prometieron
gastar 65 millones en inversiones reales en el Servicio Madrileño de Salud y
solo han ejecutado 35. Lo que es incomprensible si se tiene en cuenta la
descapitalización de las infraestructuras sanitarias en esta Comunidad, y
ustedes se permiten dejar de gastar 30
millones, el 46% del presupuesto. Así que cuando se habla de planes de
choque, no dudamos de su buena voluntad, pero eso tiene poca credibilidad a la
vista de los hechos en el cumplimiento de la ley de presupuestos.
En materias tan importantes como la Seguridad
Ciudadana, en las BESCAM, vuelven a presupuestar 69,64 millones de euros, la
misma cantidad exacta que el año pasado. Es decir que prosigue, por tanto, el
recorte de casi el 30% si lo comparamos con 2011.
En aquello que habría de ser la absoluta prioridad
presupuestaria, garantizar unos servicios públicos de calidad con eficiencia y
solvencia, es donde encontramos nuestra principal preocupación. Y es una razón
de peso por la que nosotros pensamos que estos no son los presupuestos que
necesita Madrid. La política de gastos
perpetúa la descapitalización de las infraestructuras básicas de los servicios
públicos, especialmente, en materia de sanidad, educación y justicia y, de los
profesionales que prestan estos servicios, lo que merma la calidad de los
mismos. Siguen existiendo barreras por las elevadas tasas y precios públicos que
limitan el acceso a una parte de la ciudadanía madrileña. No acabamos de
entender cómo persiste ese desequilibrio entre lo público y lo privado y no
podemos desvincularlo de una consideración del copago o repago o doble pago que
realizan los ciudadanos de Madrid. Cuando afirmamos que es una región rica y
cara, nos estamos refiriendo a que todo lo que Madrid deja de procurar desde lo
público, sus ciudadanos deben abonarlo por su cuenta, y es ahí donde se rompe
el principio de redistribución.
El presupuesto reproduce, una vez más, las prácticas
de anteriores gobiernos en sanidad.
Continúa la opacidad, el incremento de recursos a la sanidad privada, mientras la
baja dotación para inversiones y mantenimiento garantiza descapitalización
tecnológica e instalaciones deficientes y la infrapresupuestación que es un problema de extrema gravedad.
Dicho en cifras; si comprometieron en el presupuesto de 2016 para el SERMAS
(Servicio Madrileño de Salud) un total de 7.283 millones y ejecutaron 7.916, la
modificación supone un total de 632 millones al alza. Lo que traen al proyecto supone un recorte de 464 millones. Ustedes
presentan las cifras sin contar con el desfase que les acabo de explicar.
Grave, muy grave.
Tampoco parece adecuado presentar tres años seguidos
el mismo presupuesto para los hospitales concesionados - Hospital de Móstoles,
Valdemoro, Torrejón y Villalba -; un presupuesto que depende, en primer lugar,
de la cápita que varía de acuerdo con los contratos, con un porcentaje del IPC
y, en segundo lugar, del número de habitantes, de tarjetas sanitarias de esos
lugares. ¡Y por tres años seguidos nos traen la misma cifra! Y la UTE Fundación
Jiménez Díaz –crece en 50 millones. Presentan
dos millones de euros para el Plan de Salud Bucodental y externalizado. Pero no
los 8,6 millones aprobados en su día, que no solo incluían a población
infantil, sino también a personas sin recursos.
Podríamos ampararnos en que ha habido un incremento en
la Consejería de Educación de un 2,6%,
pero hay que tener en cuenta que el conjunto de los presupuestos ha crecido un
3,5%. Se estanca el presupuesto en educación en poco más del 2% del
Producto Interior Bruto regional. Sigue siendo una inversión, baja, muy baja,
la más baja por habitante.
Pero también aquí hay un problema de credibilidad ya
que los gastos reales efectuados son muy inferiores a los presupuestados. En
2016 hay casi 200 millones de euros sin ejecutar. Es cierto que hay un
incremento en determinadas partidas pero responden a resoluciones judiciales de
obligado cumplimiento.
El
presupuesto en educación es insuficiente, toda vez que disminuye la partida de
becas y el dinero disponible para la construcción de centros educativos es muy
escaso para las necesidades existentes, se mantienen las altas tasas (educación infantil,
formación profesional, universidad – cuyos precios se han incrementado en casi
un 55% descontada la bajada del 14,5%) o no se recuperan los profesores
perdidos en estos años (unos 7.500).
También se trata de unas cuentas desequilibradas, que
ponen el acento en incrementar las partidas menos solidarias y no públicas: crece el gasto destinado a conciertos
educativos (casi en 20 millones, y así se
consigue que se presupuesten 140 millones más que en 2011) y las becas
fundamentalmente son para la escolarización en centros privados en el tramo 0-3
años y en Ciclos de FP de Grado Superior o vinculadas a resultados académicos y
mucho menos a compensar las situaciones de desigualdad. Otro asunto es cómo podremos abordar la posibilidad de un acuerdo educativo si las partidas específicas
que se corresponden a los puntos que se pretenden no se encuentran en estos
presupuestos.
En
justicia los presupuestos son insuficientes, no reflejan un modelo de justicia como auténtico servicio público e
instrumento de desarrollo social y transformador. El incremento del que hablan no es real, porque
durante 2016 tuvieron que aumentarlo en más de un 3 por ciento debido a
cobertura de necesidades inexplicablemente no previstas.
Asimismo, señalan que han generado una revolución
social en el transporte público. Para
nosotros lo sería que al abordar el acceso al transporte público se considerara
no solo la edad sino también la renta. La verdadera transformación sería
tener un abono social, como el ya aprobado en esta Cámara.
A su vez, no se ha incrementado el patrimonio de la
Agencia de Vivienda Social en los últimos diez años. Además, el patrimonio del
IVIMA está deteriorado y no vemos crédito suficiente para su mantenimiento.
En rehabilitación,
poco se ofrece en el presupuesto. Olvidando, por cierto, que dejaron a cientos
de familias sin pagar sus ayudas, que llevan esperando recibir desde 2012. Y las tenemos muy cerca: aquí, por ejemplo, en
la Colonia Los Pinos de San Agustín de Vallecas. Les invitaron a participar en
la rehabilitación. Ellos han pagado y ustedes no respondieron.
Los recursos al medio natural son escasos, solo 2 de cada 100 euros se van a invertir
en medio ambiente. Hablar de medio ambiente es hablar de sostenibilidad,
hablar de cambio climático. Y poco encontramos al respecto.
Asimismo en la
planificación estratégica y administración local, se destinan pocos
recursos. Se abandona la planificación territorial. No sabemos qué piensan hacer con
los consorcios.
La deuda histórica con las mancomunidades de residuos
no se ha saldado todavía y tampoco lo contempla este presupuesto. La solución
de los problemas no se puede demorar infinitamente, en algún momento tendrán
que ofrecer soluciones.
Los
presupuestos han de ser un instrumento de gestión y de rendición de cuentas y
ello exige que se entreguen detallados, completos, con las referencias
necesarias para poder ser comparados y evaluados. En esta ocasión los
presupuestos se ofrecen en ficheros en formato abierto, pero al carecer de
análisis comparado o ser poco detallado, seguimos encontrando opacidad.
Lo
reiteramos. Estos presupuestos no
garantizan la mejora de los servicios públicos y se precisa un nuevo modelo
productivo que impulse la industria y sectores punteros para consolidar una
economía del conocimiento basada en la I+D+i, y en la Universidad. Si hemos
presentado 712 enmiendas no es solo por nuestro deber de buscar mejorarlos,
sino por nuestra obligación de proponer líneas de un modelo alternativo al del
gobierno.
El
análisis del Gobierno se sustenta en la autocomplacencia, subrayada en cada
Pleno, de que somos los mejores, somos los primeros, en una suerte de acrítico
regocijo. No basta con decir que siempre se puede mejorar, es indispensable
reorientar y plantearse la transformación de la Comunidad basada en otras
prioridades.
En sanidad, las prioridades de lo que
presentamos se centran en la utilización óptima de medios y del personal propio
de la sanidad pública para minimizar las esperas quirúrgicas y diagnósticas,
destinando a ello partidas presupuestarias que actualmente el Gobierno asigna
al sector privado. Es una prioridad para nosotros revertir
la descapitalización de la sanidad madrileña y finalmente atender a los que más
lo precisan, impedir que la pobreza sea barrera de acceso a los medicamentos y
otros servicios sanitarios.
Consideramos
como prioridad las infraestructuras educativas, garantizar el acceso a la
educación pública, la atención a la diversidad y la innovación educativa
y formación del profesorado. En concreto proponemos la construcción de nuevos
institutos, colegios y escuelas infantiles (9,6 m€), el incremento de las becas
y ayudas universitarias (9,1 m€), la reasignación para ayudas y becas en
función de la renta en enseñanza no universitaria (49m€), y la bajada de tasas
de las diferentes etapas (26 m€).
Es
indispensable atender el deterioro de las sedes judiciales y su dispersión, así
como garantizar la adecuada dotación de personal. El Plan de Choque del
Gobierno dotado con 4 millones de euros no alcanza a atender las necesidades
reales de los 70 edificios judiciales distribuidos por toda la Comunidad.
Nosotros proponemos crear un fondo de 10 millones de euros.
Nuestra política medioambiental
apuesta por la lucha contra el cambio climático y por reforzar la protección
del patrimonio natural y ambiental. Las enmiendas en este
área se centran en ayudas para la redacción de planes municipales que mejoren
la calidad del aire, puntos de recarga para vehículos eléctricos y ayudas para
el cambio de motores de combustión a otros menos contaminantes. También se
propone crear el Consorcio Regional de Residuos.
Es
imprescindible implantar el abono social en el transporte público madrileño.
Otra prioridad es la inversión en líneas estratégicas de Metro; tanto la 2 para
solventar el caos previsible que ocurrirá en La Peineta, así como la 11 para
conformar una alternativa de conexión sur-norte y desarrollar el Consejo
Regional del Taxi.
Los
efectos de la crisis económica siguen notándose en los ciudadanos que acuden a
su ayuntamiento, en dificultades económicas, en busca de soluciones reales y
rápidas. Por eso hemos reforzado el PRISMA 2008-2011, ampliado a 2015 (20
millones de euros), y la puesta en marcha del PIR 2016-2019 (10 millones de
euros).
Proponemos mantener el apoyo a los
municipios a través del refuerzo de los convenios de atención social primaria y
afrontar las carencias de las políticas sociales y de familia, dirigidas a
personas con especiales necesidades. La disminución de las
listas de espera en servicios de ayuda a domicilio, teleasistencia o las ayudas
de emergencia no puede demorarse. Apoyamos a las personas con discapacidad que
se encuentran en centros, duplicando los recursos destinados a la mejora de
edificios o la ampliación de instalaciones. Además, proponemos reforzar la red
de puntos de encuentro para luchar contra la violencia de género.
En
la sección de políticas de empleo habría de incidirse en mejorar la
empleabilidad de colectivos con especiales dificultades como jóvenes (con la
extensión seis meses más de la tarifa plana) y personas discapacitadas,
reforzando su inserción en empresas.
Proponemos
como objetivo el acceso gratuito para colectivos vulnerables a la oferta
pública cultural. El bono cultural les posibilitará acceder a actividades que
se celebren en instalaciones de la Comunidad.
Trasladamos
a los presupuestos, los acuerdos alcanzados en la Asamblea de Madrid a
propuesta del grupo socialista, tales como la creación de ayudas directas al
alquiler para jóvenes, impulso a un parque público de viviendas en alquiler,
pago de las ayudas pendientes desde 2012 en rehabilitación e instalación de los
ascensores.
En estos argumentos señalados y en
estas propuestas sostenemos nuestra enmienda a la totalidad. Necesitamos
unos presupuestos más justos y más eficientes para abordar los problemas reales
de la Comunidad de Madrid. Suele decírsenos ¿y qué proponen ustedes? Y quien
hace la pregunta la responde a su gusto. Aquí están los mimbres para elaborar
otro presupuesto, porque el presentado ni aborda con audacia lo que Madrid
necesita, ni lo hace con rigor. Y sobre todo es insensible para con la
situación de gran parte de la población. Y les puedo asegurar que ello preocupa
enormemente a la mayoría de la Comunidad de Madrid y confío en que también al
Gobierno y a sus apoyos. Aquí veremos a qué se refieren quienes hablan del
tripartito de la oposición. No digo que nosotros seamos responsables y los
demás no, lo que señalo es que no aceptamos que se considere que apoyar los
presupuestos es serlo y que defender una enmienda a la totalidad no. Y después
de tantos meses, los presupuestos
presentados no son responsables.
Enlace al video de la primera intervención de Ángel Gabilondo.
Enlace al video de la réplica de Ángel Gabilondo.
Enlace al video de la primera intervención de Ángel Gabilondo.
Enlace al video de la réplica de Ángel Gabilondo.
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