"Nuestra política irá a restablecer consensos en asuntos de Estado"
Ángel Gabilondo (San Sebastián, 1949) dijo sí a Pedro Sánchez para ser candidato del PSOE a la presidencia de la Comunidad de Madrid y asegura que no se arrepiente, pese a haber visto incumplido su objetivo de gobernar. No renuncia a ser útil desde la oposición.
Pregunta. Tras algo más de un mes como jefe de la oposición en la Comunidad de Madrid, ¿sigue pensando lo mismo sobre la función de la política que cuando aceptó ser el candidato del PSOE?
Respuesta. Estoy en lo mismo, en el servicio público, en tratar de hacer algo por los ciudadanos, y con el mismo compromiso.
R. Quien me conoce no me lo pregunta, porque sabe que estoy encantado de defender la bajada de las tasas universitarias, la devolución de las tarjetas sanitarias para los inmigrantes y tantos temas que tenemos que defender todos los días.
R. No. Soy muy exigente en la euforia y en la frustración, y me parece injusto esperar más de lo que es razonable.P. ¿No está frustrado?
R. No ocurre exactamente así, porque no hay una mayoría aplastante. Somos cuatro grupos políticos y ninguno puede ganar solo.
P. ¿Observa un apoyo cerrado de Ciudadanos al Gobierno regional del PP?
R. Ciudadanos tiene días: unos hace de Gobierno y otros, de oposición.
P. ¿Pero más Gobierno o más oposición?
R. Esta Asamblea tiene 65 parlamentarios frente a 64, por lo que no puede haber una política de bloque.
P. ¿Y Podemos tiene todos los días iguales?
R. Yo creo que está haciendo una buena labor y tiene un portavoz sensato y valioso. En los objetivos encontraremos espacios para concordar, pero también competimos y competiremos con ellos. Somos distintos de Podemos, pero somos capaces de encontrar objetivos comunes de dimensión social y defensa de lo público.
P. Parece usted más cercano en los objetivos a Podemos que a Ciudadanos.
R. Con Podemos nos encontraremos en la defensa para la resolución de emergencias sociales. Veo que Ciudadanos tampoco quiere ponerse en contra del resto de la oposición de manera radical, pero la práctica, hasta ahora, es que, aunque ellos dicen que su pacto fue solo de investidura, nosotros decimos que es de legislatura, porque incide mucho en las medidas del Gobierno.
P. ¿Será un programa electoral pensado para el pacto?R. Lo que pasa en Madrid es un indicador, una experiencia, de lo que es convivir cuatro partidos en la gestión del espacio público, pero sí tiene mucha importancia el trabajo en este grupo de expertos porque el programa lo es. Hay que tener mucho cuidado con lo que se dice, porque hay que cumplirlo; el programa es un compromiso. Además, hay que tener en cuenta que habrá que actuar en un marco sin mayoría y será imprescindible alcanzar acuerdos.
R. Será un programa de mayorías, para la mayoría, aunque sin olvidar a las minorías, realista, moderado y transformador, porque moderación y transformación pueden convivir.
P. Un programa que buscará acuerdos. ¿En qué parcelas?
R. Toda nuestra política va a ir en la dirección de restablecer consensos en asuntos de Estado y, desde luego, en Educación. Hay que dar mucha más fuerza a la conferencia intersectorial y a los programas de cooperación educativa, olvidados en la LOMCE [la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa, conocida como ley Wert].
R. Con mucho gusto hablo con el ministro, pero el pacto sobre la educación no es un asunto bilateral, del PP y del PSOE, sino de toda la sociedad. Hay que contar con la comunidad educativa, con los agentes sociales, con los estudiantes y las familias; todo lo que no resolvió la LOMCE.
P. Ustedes quieren derogarla.
R. Nosotros y todos los partidos, en una resolución firmada el 13 de julio del año pasado. Tenemos un pacto para elaborar una nueva ley de Educación por consenso. Ese acuerdo de todos nos legitima a todos.
P. Ciudadanos ya ha presentado su propuesta en Educación. ¿Ve posibilidad de coincidir?
P. También está pendiente un pacto contra la corrupción, no logrado en esta legislatura.R. Nosotros hablamos de un pacto social y político y ellos de un pacto nacional porque la Educación es un derecho de desarrollo personal. No es lo mismo.
R. La corrupción, como ahora vemos en la trama Púnica en Madrid, exige el máximo rechazo. El corrupto debe ser expulsado de la vida pública y merece el más enérgico rechazo social. Hay que cambiar los procedimientos y atajar las causas, las raíces y las estructuras de la corrupción. Las Administraciones públicas no deben contratar con empresas o entidades que hayan participado en procedimientos y conductas ilegítimas. Y deben devolver lo robado.
P. ¿Aprecia usted dentro de la Asamblea de Madrid vieja y nueva política?
R. Mi experiencia en tan poco tiempo es que hay que perseverar en el fin del partidismo. Yo me empeño en ello, pero cuesta transmitir que un solo partido no puede con todo, que no se puede actuar eliminando al contrincante. La reducción de la política al partidismo hace mucho daño. Partidos sí, partidismo no.
R. Pues sí, podría pasar, pero espero que eso no suceda; espero que no haya un Gobierno del PP y Ciudadanos porque España requiere políticas públicas y de dimensión social para abordar fundamentalmente el problema que genera este modelo productivo, una desigualdad insoportable desde todos los puntos de vista.
R. No tengo la ingenuidad de decir que es lo mismo estar en el Gobierno que en la oposición y quiero merecer la confianza desde la oposición, pero hay una forma de gobierno, que es hacer buena oposición.
P. A pesar de su afán por ser útil ya ha comprobado que quien gobierna, decide.
P. ¿La presidenta de Madrid es dialogante?
P. Pero gobierna ella.
R. Y lo comprendo, pero insisto en que puede haber espacios compartidos, proyectos comunes y menos decisiones unilaterales. Pero sí, estamos en la oposición y desde la misma queremos regenerar y transformar; hace falta. El Gobierno de Madrid sigue siendo continuista y conservador, a pesar de las formas más cordiales.
Para ver la entrevista en El País pinchar aquí.