Discurso de Ángel Gabilondo en el debate de investidura en la Asamblea de Madrid hoy 14 de agosto de 2019.
Señora Díaz Ayuso, que usted se proponga como candidata paladín de la libertad nos obliga a algunas consideraciones.
Partimos
del supuesto de que todos somos diputados y diputadas libres y defensores de la
libertad. Pero no todos la consideramos ni la entendemos de la misma manera. Y
esto es decisivo.
En última instancia, la
política es la teoría y la práctica de la libertad. Y las distintas posiciones
de los grupos obedecen a la diferencia en el modo de comprenderla.
Señora candidata, su
programa de gobierno se abriga en un grito: “Madrid está en peligro”, y se
resume en hacer de nuestra región un bastión para, según dice, cambiar las políticas
de izquierda en una Comunidad, sin embargo, gobernada veinticuatro años por
sucesivos gobiernos conservadores.
¿Qué reivindicación
abstracta de la libertad es esa que no alcanza a toda la población y conculca
libertades? ¿Quién está en peligro en Madrid? ¿Qué acecha a nuestra Comunidad,
señora candidata?
Esgrimen su libertad para
hacer frente común y frenar a lo que caricaturizan como “la izquierda
totalitaria”, que por lo visto somos y representamos decenas de diputados de
esta Asamblea. ¿Es esa su noción de la libertad? No compartimos esa visión
frentista de la misma que pretende dejar al margen a la mitad de nuestra
Comunidad.
Su alianza no es la de un
gobierno de la libertad, sino la de la voluntad de permanecer en el poder o de
ampararse en él. Su temor fundamental no es perder libertad, su temor es perder
el poder. No nos presenta un programa para ampliar los horizontes de libertad,
sino para sujetar en su concepción a los adeptos, enfrentados a quienes
pensamos de otra manera.
El sueño de la libertad
personal concebido por los padres del liberalismo, que muchos diputados dicen
suscribir, se sustenta en algo que, sin embargo parecen ustedes olvidar, en la
necesidad de establecer las condiciones económicas y políticas para que la
libertad sea real en todos los seres humanos, para todos los seres humanos. La
defensa de los derechos y las libertades empieza por el reconocimiento de esta
igualdad fundamental.
Así que cuando en su
programa habla de la libertad, por ejemplo de elección, ¿qué libertad es esa si
no se hace al amparo de la igualdad de oportunidades?, ¿de la igualdad de
condiciones?
Lo que peligra es el equilibrio,
la cohesión social, el bienestar, la sociedad del bienestar, cuando los
denominados impropiamente liberales se alían a los conservadores, escorándose aún
más a la derecha con el canto de sirena de que es preciso frenar la agenda
político-cultural de la izquierda. ¿Unidos, liberales y conservadores frente al
cambio para agradar a la derecha más extrema? ¿Es ese el horizonte de este
pacto que consideran histórico entre PP, Ciudadanos y Vox?
Ese frentismo bloquea una
solución conjunta y un trabajo coordinado. Al hablar de “peligrosos
izquierdistas” pretenden más atemorizar a una sociedad, sin embargo, informada
y madura, que solucionar los problemas que acucian a los ciudadanos.
El Gobierno de la
Comunidad de Madrid no puede tener como fundamento y propósito primordial ser un
bastión, un baluarte contra el Gobierno de España, cuando no coincide con su
bloque político.
Y resultaría más fecundo que los objetivos fueran otros que este aferrarse al poder a costa de desconsiderar a gran parte de la población madrileña.
Puestos a hablar de
exclusiones, en Madrid, nuestra gran y próspera Comunidad, hay no poca pobreza,
por ejemplo pobreza infantil y juvenil, y ello es insoportable ética, social y
políticamente. Usted no reconoce el problema, lo atribuye a la “asombrosa crítica
favorita de cierta izquierda”. Sin embargo, la pobreza es la gran exclusión, la
gran soledad, su gran silencio, señora candidata, la puesta en cuestión de la
efectiva libertad personal. Y no hallamos ninguna acción integral en su
programa para afrontarla. Salvo que se entienda la solidaridad simplemente como
una ayuda a quien lo necesite, y no como un instrumento de libertad y de
justicia para que cada uno pueda decidir su destino, sin verse fatalmente
determinado por sus circunstancias sociales o económicas. O salvo que considere
que la marcha de esta economía que propugnan produce automáticamente igualdad,
cuando la experiencia más bien muestra que provoca una mayor desigualdad y no
poca precariedad.
Nos encontramos ineficiencias que tienen que ver con la incapacidad para atender la cronificación de la pobreza en nuestra Comunidad. El 19% de la población está en situación de pobreza o exclusión social (Datos del INE) y ello a pesar de ser la Comunidad más rica de España. 197.000 niños y niñas están en situación de pobreza extrema, un punto y medio por encima de la media estatal (Datos de Save The Children). Y aún no hay consensuadas políticas adecuadas al respecto.
Nos encontramos ineficiencias que tienen que ver con la incapacidad para atender la cronificación de la pobreza en nuestra Comunidad. El 19% de la población está en situación de pobreza o exclusión social (Datos del INE) y ello a pesar de ser la Comunidad más rica de España. 197.000 niños y niñas están en situación de pobreza extrema, un punto y medio por encima de la media estatal (Datos de Save The Children). Y aún no hay consensuadas políticas adecuadas al respecto.
Albert Camus señala que
la libertad no es más que la oportunidad de mejorar. Y en nuestra Comunidad, a
su juicio “la región más libre de España para vivir”, “el lugar donde las cosas
suceden”, hay sectores de la población que están alejados de esa posibilidad de
mejorar, de emanciparse, de tener autonomía personal. La política de esta
Asamblea, y la del Gobierno, habrían de reequilibrar oportunidades.
Si nuestra lista ha sido
la más votada, además de por otras razones, es sobre la base del cambio
imprescindible y la necesidad de mejorar la calidad de nuestra democracia, de
una verdadera regeneración y de una mayor justicia social. Y es lo que
propugnamos.
Pero eso no se logra
sustentando y apoyando las políticas desarrolladas y el modo de proceder de los
gobiernos del Partido Popular. Por cierto, ustedes han perdido 830.000 votos y
42 escaños desde 2011 (18 de ellos en esta última convocatoria), mientras a su
vez son apuntalados por otras formaciones que parecen encontrar adecuado que
prosigan en el poder. Basta comprobar la experiencia de estos cuatro últimos
años. El apoyo decisivo de Ciudadanos, supuesto centrismo ahora sazonado con
las aportaciones de Vox, no ha hecho, ni hace, sino sostener un Gobierno
conservador y ratificar la situación.
No creo que sea necesario
establecer ante esta Cámara la relación de hechos y sucesos que acreditan que
es imprescindible la alternancia política en la Comunidad de Madrid para una
profunda regeneración que suponga una mayor calidad democrática. ¿Podrá esta
Comunidad desprenderse de todo un modo de proceder, de presunta corrupción, con
indicios que están siendo investigados? ¿Podrá lograr que se defienda el
interés general y no intereses particulares o privados, incluso propios? La
cuestión es grave, ya que ha alcanzado a no pocas personas vinculadas a las
acciones de gobierno.
El cambio político se
revela como una urgencia. Sin embargo, ni su programa ni sus socios lo propician.
Su propuesta no ofrece ningún análisis ni crítica alguna al respecto. No basta
simplemente con un cambio del titular del poder, que también, sino de la forma
de ejercerlo. Se precisa un nuevo modo de concebir las políticas públicas de
interés público, no de reducirlas. Y su programa, incluso cuando propone
mejoras, no hace sino ratificar un modelo conservador y apuntalarlo, sin
abordar cuestiones decisivas.
Un eje determinante del
cambio que no auspician habría de consistir en recuperar el liderazgo económico
de Madrid y alcanzar el liderazgo social. Nuestra Comunidad tiene un potencial
enorme: el mayor PIB junto con Cataluña y el mayor PIB per cápita de España,
seis universidades públicas que con algunas de las privadas aglutinan buena
parte de la investigación científica española, museos considerados entre los
mejores del mundo y los mejores hospitales públicos del país. Sin embargo,
nuestra economía tiene grandes problemas: debilidades estructurales,
desigualdades, desequilibrios, endeudamiento e inestabilidad política.
Su acuerdo de gobierno
ratifica un modelo económico caduco y sin horizontes, insostenible. Sin otra
ambición que la de ser continuista y que, desgraciadamente, consolida las
desigualdades económicas y sociales en nuestra Comunidad.
· No
han realizado un mínimo diagnóstico de situación que permita saber cómo, a
pesar de ser una de las comunidades autónomas que más rápidamente han
recuperado su nivel de actividad previo a la crisis económica, seguimos
teniendo 335.510 desempleados.
· No
plantean objetivos, ni siquiera los nombran, para corregir la lamentable brecha
salarial entre hombres y mujeres. El salario femenino es un 20% más bajo que el
masculino. En nuestra región, las mujeres suponen el 72% de la contratación
parcial, contratación que lleva aparejada menor salario.
· Por
no hablar del número de trabajadores que ingresan menos del Salario Mínimo
Interprofesional.
· La
tasa de desempleo media en 2018 (que ascendió al 12,22%) todavía duplica la que
teníamos en 2007 (que era del 6,24%) y en jóvenes menores de 25 años la tasa
supera el 30%.
En su programa se
constata claramente la apuesta por un modelo económico de bajo valor añadido,
que dualiza nuestra sociedad. Un Madrid donde impera la ley de quien tiene más
posibilidades, más oportunidades, no más capacidades, lo que supone una
reescritura de la ley del más fuerte, u otra forma de supremacismo, donde ganan
los que tienen y pierden los que necesitan del impulso de la buena política
para mejorar sus condiciones de vida.
El deterioro hasta la inexistencia
de un sistema productivo vertebrado ha hecho que el peso de la industria en el
PIB regional esté en un escaso 9% y que se hayan destruido 12.000 empleos en el
sector, cuando habría que haber hecho esfuerzos ímprobos para estar en el 20%,
tal y como nos solicita la Unión Europea.
Parecen celebrar un programa sin proyecto, de parcheo, de continuismo y resignación, en lugar de ofrecer reformas y propuestas que afronten las causas de la actual situación. Basta escuchar su discurso sin horizonte del día de ayer.
Parecen celebrar un programa sin proyecto, de parcheo, de continuismo y resignación, en lugar de ofrecer reformas y propuestas que afronten las causas de la actual situación. Basta escuchar su discurso sin horizonte del día de ayer.
Madrid necesita un proyecto
vinculado a la sociedad del conocimiento, a la ciencia, a la investigación, a
las artes y a la cultura, a la innovación y a las nuevas tecnologías. Solo así
habrá una adecuada sostenibilidad.
Deberíamos hablar de qué
forma impulsar Madrid como una de las regiones más dinámicas de Europa e
invertir en nuestro I+D+i. Usted promete un incremento del 2% respecto del
Producto Interior Bruto, ¿ha calculado lo que esto significa y supone?, ¿no es
más realista y comprometido hablar de un incremento del 2% del presupuesto de
la Comunidad que es competencia autonómica?
Es necesario apostar por los ecosistemas emprendedores y reconfigurar
nuestro modelo de crecimiento económico, situándonos a la altura de las grandes
regiones europeas, concretamente en materia de industrias innovadoras, capital creativo
y sostenibilidad. Por cierto, resulta incomprensible que los gobiernos
conservadores de la Comunidad de Madrid hayan carecido de política europea, con
una clamorosa ausencia en el Comité de las Regiones.
Necesitamos una verdadera
estrategia de crecimiento económico en la Comunidad, basada en la modernización
de nuestro sistema productivo y en el fortalecimiento del diálogo social, de la
mano de los agentes sociales, empresarios y sindicatos. La mejora de nuestro
modelo económico precisa un acuerdo político y social y un grupo específico que
identifique objetivos concretos y medibles por el empleo de calidad, la mejora
de las condiciones laborales y de la productividad y que luche contra la
precariedad y la erradicación de la brecha salarial.
Y resulta primordial
propiciar un acuerdo de consenso en esta Cámara sobre la propuesta para el
sistema de financiación autonómico, de donde provienen gran parte de nuestros
recursos, y conocer y debatir los criterios que hemos de hacer valer
conjuntamente, y que guarde el equilibrio y la solidaridad territorial, tal y
como reconoce nuestra Constitución. Y tras la aprobación de dicho modelo,
realizar un debate sobre sostenibilidad fiscal, armonizado con las otras
comunidades autónomas y encaminado a beneficiar fiscalmente a jóvenes, familias
en especial dificultad y autónomos.
Y si se trata de defender
los valores y derechos de una sociedad libre ¿qué piensa hacer para eliminar
cualquier discriminación que impida el pleno disfrute de la ciudadanía? Y aquí,
de nuevo, todo está poblado de incertidumbre con la alianza que proponen.
La desigualdad,
singularmente la existente entre hombres y mujeres, se expresa de muchas
maneras, desde la violencia de género hasta las agresiones sexuales y los
estereotipos sexistas, pasando por la realidad de la brecha salarial, y es necesario
un ejecutivo autonómico que afronte todo esto.
Su acuerdo de gobierno no
asume en ningún momento el Pacto de Estado Contra la Violencia de Género. Y
echamos en falta la aprobación de una ley de igualdad entre hombres y mujeres
que la garantice. Y que considere y reconozca la aportación del feminismo en la
consolidación y ampliación de los derechos civiles.
Es necesario hacer
efectiva la ejecución plena de las leyes LGTBI con las que evitar los delitos
de odio, y lanzar un mensaje muy claro: cuanto más se cuestionen la igualdad y
la diversidad, más comprometidos hemos de estar con ellas desde la Comunidad de
Madrid.
Nuestra preocupación por la desigualdad se extiende también a la
desigualdad social. Como reiteradamente solicitamos, se precisa una nueva Ley
de Servicios Sociales de nuestra región y un mapa de las necesidades sociales
de la Comunidad para dimensionar, programar y territorializar las decisiones al
respecto.
Es imprescindible reducir las listas de espera de la Ley de Autonomía
Personal, y se precisa un programa base común en los municipios para abordar el
fenómeno de la soledad y el aislamiento.
Por otro lado, ¿qué será de las organizaciones que trabajan con personas
inmigrantes en situación irregular para facilitar su proceso de incorporación? ¿Qué
pasará si recurren al sistema sanitario, o si sufren violencia de género? No
acudirán a los servicios públicos si piensan que serán expulsadas del país.
No debemos olvidar el estancamiento existente en la Administración de Justicia
de la Comunidad de Madrid, la situación insostenible en las sedes judiciales, y
el lamentable coste que ha supuesto la fallida Ciudad de la Justicia.
Para hacer efectivos los derechos civiles y sociales, es necesario
impulsar buenas políticas públicas, buenos servicios públicos. La
falta de inversiones en educación, sanidad y servicios sociales incrementa los
gastos asumidos por las familias, o conduce a externalizarlos o concertarlos. Y
la solución no son los cheques.
Defendemos un modelo educativo abierto y plural. Es preciso corregir los
desequilibrios en educación para afrontar la segregación escolar, la falta de
inversión y la adecuación de la educación pública a los estándares de las
regiones más desarrolladas de Europa.
No hay ninguna medida que potencie la educación pública de calidad, que
ha de ser la piedra angular, la base del sistema. Desde luego en recursos, en infraestructuras
y en personal. ¿Cómo lograrlo si la inversión en los conciertos educativos ha
subido un 23,97% los últimos diez años, mientras que el presupuesto para la
educación pública se ha incrementado solo un 1,66%?
Su política educativa se limita a la continuidad, incluso de aspectos
menos positivos, con una visión de la FP que, siendo imprescindible potenciar,
ahonda en los problemas actuales e insiste en programas que nunca se han
evaluado y que presentan serias dudas sobre su efectividad.
Es necesario un ambicioso plan de rescate universitario que incluya su
financiación (plurianual, predecible, suficiente e incentivadora, con rendición
de cuentas), una decidida acción contra la precariedad del profesorado universitario
y un objetivo claro de recuperar unas tasas universitarias como las de 2.011,
así como un Plan Regional de Investigación Científica e Innovación Tecnológica.
Y ejecutarlos.
Es urgente recuperar el terreno perdido en la sanidad pública, después
de llegar a ser una de las regiones que menos invierte en relación a su PIB y
tras constatar que el 40% de la tecnología de nuestros hospitales tiene más de
10 años.
Anunciar un plan de inversiones en infraestructuras hospitalarias sin
concreción económica ni horizonte temporal, e incluyendo siete hospitales sin
diferenciar las grandes inversiones de las de menos cuantía nos hace recordar
los innumerables planes de la anterior Legislatura que se anunciaban aunque no
se implementaban.
Pero lo realmente alarmante es, por un lado, la inadecuada consideración
de la salud pública, cuya ley fue anunciada muy tardíamente. Y, sobre todo, el
destino de no pocos recursos públicos en beneficio desmesurado de instituciones
privadas, mientras a la par se ve afectada la calidad en los recursos humanos y
sanitarios, y las inversiones y necesidades en la sanidad pública, dificultando
lograr más tiempo de atención, y regular las listas de espera o impulsar el
Programa de Atención Bucodental Infantil o la mejora de la Atención Primaria
con el desarrollo de la enfermería y de la atención domiciliaria.
A su vez, precisamos entornos de vida, habitables, sostenibles
y con condiciones adecuadas para desarrollar nuestra existencia en materia de ordenación
del territorio, transportes o vivienda.
La forma de afrontar la emergencia climática va a condicionar de modo vertebral toda nuestra vida política, social y
económica en las próximas décadas.
Todos, especialmente los más jóvenes, reclaman, con justicia, su derecho
a no sufrir las peores consecuencias del cambio climático y hemos de asumir el
reto de la transición energética en aquellos campos que nos correspondan.
Al respecto, es preciso implicar a todas las administraciones públicas,
especialmente las municipales. Que el partidismo no nos haga detenernos o
incluso retroceder. Lo de Madrid Central, por ejemplo, es una necesidad, no un
capricho ideológico.
Si en algo es preciso un amplísimo consenso es en una
nueva y necesaria Ley del Suelo y Ordenación del Territorio de la Comunidad de
Madrid, ausencia notable del programa de gobierno presentado.
La falta de participación y de iniciativas coherentes
y centradas en los problemas de los ciudadanos ha generado un empeoramiento en
servicios de movilidad. Un ejemplo lamentable es Metro de Madrid, en el que hay
que mejorar las frecuencias, las plantillas, la adquisición de materiales, sin
olvidar los planes de “desamiantado” o los problemas de seguridad.
La vivienda debe ser una política nuclear para abordar
los problemas de emancipación juvenil, ayuda a las familias en riesgo de
exclusión y la gentrificación.
Por otra parte, puestos a preconizar la libertad, no queda claro hasta
qué punto se comprende la libertad de creación, el sentido y la función de la
cultura articulada entre el proceso de creación artística, la gestión cultural
y el derecho a la cultura. Esto exige evitar la tentación dirigista o
intervencionista y reforzar los espacios de participación.
Se anuncia un nuevo Plan de Inversión Regional cuando aún no está
liquidado el PRISMA 2008-2011, ampliado a 2015, y el PIR 2016-2019, ampliado
hasta 2020. Los ayuntamientos tienen derecho a poder planificar
estratégicamente sus políticas. Basar la financiación en planes inestables genera,
como hemos comprobado, enormes dificultades en la gestión que deben hacer los
municipios y propicia la desigualdad territorial.
Necesitamos de inmediato un pacto local en Madrid ya
que resulta imprescindible abordar una cultura de cooperación entre
instituciones regionales y locales y la aclaración definitiva de competencias
con financiación adecuada.
En definitiva, estos aspectos muestran transversalmente un asunto
decisivo y que a todos nos concierne, el de la necesidad de la ética pública
para la calidad de la democracia. Esto es, el de la vinculación entre la
regeneración democrática, la fortaleza de las instituciones públicas, los
derechos y libertades de los ciudadanos y la buena gestión de los servicios
públicos.
Me siento, nos sentimos, vinculados a cuantos votaron el 26 de mayo con
este sentimiento y esta convicción, los de fortalecer la calidad de la
democracia en nuestra Comunidad. Y por esa fundamental razón y, a la par, para
no ser injusto con esa voluntad expresada no solo por quienes dieron su apoyo
al Partido Socialista, sino por tantísimos otros, no debemos votar
afirmativamente a un candidato, en este caso a una candidata, del Partido
Popular de Madrid.
Hoy, cada quién votaremos según nuestra libertad de conciencia, y así ha
de ser, pero globalmente el mensaje ha de ser ejemplar ante la sociedad que nos
ha elegido para representarla, ejemplo de ética pública, de su construcción
diaria en cada institución. Y lo que hagamos resultará moralizante o
desmoralizante socialmente.
Este Parlamento mostrará hasta qué punto consideramos que han de
utilizarse las instituciones en interés general, o particular; si lo sucedido
durante tantos años merece reconocimiento o rechazo; si considera adecuada la
presunta financiación ilegal, a costa de los impuestos de todos los ciudadanos,
para asimismo favorecer las campañas electorales propias; o si a su vez los
posibles favores a los entornos más cercanos, de amigos y familiares, han de
considerarse poco o muy relevantes.
Y así también con nuestro voto diremos a la sociedad si la violencia de
género es un asunto grave que merece atención prioritaria, o si la brecha
salarial entre hombres y mujeres es una cuestión irrelevante, o si los
servicios públicos deben depender de un cheque o de un sistema garantista y de
calidad. Con estas consideraciones no ponemos en cuestión la libre decisión
personal. Son un modo de subrayar que la ética pública es también la expresión conjunta,
resultado de la intervención de cada singularidad. Y eso tendrá lugar hoy.
Siempre he considerado que la actividad política exige una condición,
que no es patrimonio exclusivo de la misma, la de ser honesto con uno mismo
para serlo con los demás. Y sé que esto no es una rareza personal ni peculiar. La
compartimos. Es un valor social y común que hemos de hacer valer en esta
Asamblea.
Señorías, en esta sesión podría haberse presentado una propuesta para el
cambio en Madrid; por el contrario asistimos a la consolidación de un modelo
que a nuestro juicio resta a nuestra región una nueva oportunidad. Llama la
atención que el pacto PP-Ciudadanos-Vox sea el pacto del silencio sobre la
pobreza y la desigualdad por considerarla un aspecto lateral o menor, incluso
poco significativo. Y esto no alcanza únicamente a quienes se encuentran en
esta situación de indefensión. Y no solo porque la vulnerabilidad y la
precariedad laboral, además del desempleo, afecta o puede afectar a miles de
personas, sino porque eso nos concierne a todos como ciudadanos, más aún,
exactamente como personas.
No me corresponde hoy presentar un programa de gobierno con otro modelo
para Madrid. Todos saben que esa posibilidad no ha sido tomada en consideración
por el señor presidente de esta Asamblea. Y conocen la controversia que ello ha
supuesto. Y supone.
Por otro lado, resulta grave que hoy se consolide la política de bloques
y su tendencia al bloqueo, al conservadurismo, a la confrontación, mientras,
por ejemplo Ciudadanos se ha negado a cualquier conversación política con casi la
mitad de los votantes de Madrid, desde luego con el grupo socialista; en
concreto, conmigo. Las negociaciones entre ustedes estas semanas no auguran ni
estabilidad, ni moderación, sino frentismo y desconsideración. Y lo que
necesitamos es desbloqueo, apertura y consenso.
No comparto que hayan decidido continuar y ahondar en sus políticas. Respetado
queda, pero no encontramos que sean las mejores para nuestra Comunidad. Sus planteamientos como candidata, señora Díaz
Ayuso, por las políticas que representa y sustenta, no son los anhelados, ni
han sido los preferidos por la población, mientras un Madrid lleno de fecundas
posibilidades sigue inexplorado, esperando poderse desarrollar.
El modelo que nos presentan no ofrece un proyecto de reforma ni de
transformación y prosigue interesadamente escorado a la derecha, incluso más
allá. Continúa e incide en la inercia de unas políticas que cuestionan en
muchos ámbitos, y a no pocas personas, el ejercicio de una efectiva libertad,
la de sus derechos con políticas que no les permiten un proyecto libre de vida.
Desde el respeto y, por supuesto, con plena lealtad institucional a lo
que decida esta Asamblea, considero, consideramos, que su candidatura y su
programa no merecen ser apoyados para su investidura. Crecer en libertad es
crecer inclusivamente.
Muchas gracias.