Primera intervención
En esta primera
intervención de cinco minutos para precisar las razones de nuestra petición de
comparecencia, ante el Pleno, deseo subrayar que la situación a la que nos
enfrentamos es singularmente grave y urgente.
Hemos solicitado
esta Sesión para oír de usted si ha cursado o no de modo regular el Máster en Derecho Público del Estado Autonómico.
Si se matriculó, si asistió y si pasó todas las pruebas en igualdad de
condiciones que el resto de alumnos. Eso usted lo conoce, y puede
aclararlo. Y no necesita esperar. Hoy no
es el día de las explicaciones de la Universidad ni de las valoraciones de los
jueces. Hoy es el día de sus aclaraciones.
Señora presidenta,
esta es su oportunidad de ofrecer una versión verosímil, con argumentos
razonables y que no se limite a derivar a otros una responsabilidad, la suya,
que es la de decir la verdad de lo sucedido con ese Máster. De no hacerlo, no
solo pondrá en juego su confianza y su honorabilidad, sino que dejará en una
situación insostenible a su Gobierno y a toda la Comunidad de Madrid. Lo
necesitamos por el bien de las instituciones, de esta Asamblea y de la Universidad.
La propia Universidad Rey Juan Carlos ha abierto un procedimiento de información
para despejar dudas, y ha reclamado observadores externos, dada la importancia
y la repercusión del asunto.
No puede estar la
Comunidad permanentemente pendiente de los avatares de su presidenta y hemos de
dilucidar este asunto con celeridad.
Con la
retrasmisión de su intervención en un acto de su Partido, usted no ha aclarado
las dudas suscitadas. Lo pertinente es que, como presidenta, dé cuenta de lo
sucedido ante el máximo órgano de representación de la ciudadanía, que es esta
Asamblea. No comparece por su iniciativa, hoy lo hace porque no le queda más
remedio. Los otros grupos -que no el suyo- creemos que también está en juego el
respeto que merece esta Cámara.
Es la primera
ocasión en que un presidente o presidenta comparece ante el Pleno. Ojalá se
hubiese podido lograr que lo hicieran con ocasión de otras presuntas
irregularidades. Pero ustedes, o con mayoría absoluta o con apoyo de sus
socios, lo impidieron.
Está en juego el
derecho a conocer lo que realmente sucede con su expediente académico, señora presidenta,
en concreto, con este Máster que figura en su currículum. La opinión pública
necesita aclaraciones y también lo exige el respeto a la Universidad y al
esfuerzo que para los demás supone lograr su titulación. Y a todos los
contribuyentes crear unas condiciones que han de ser de igualdad de
oportunidades.
Nos hemos
encontrado con versiones cambiantes, con elocuentes lagunas envueltas en
silencio, con contradicciones. Usted ha intentado zafarse de las
irregularidades denunciadas poniendo la responsabilidad en la Universidad o
bien inculpando al medio de comunicación que ha señalado como falseado dicho
máster.
No concuerdan las
fechas, no cuadran los procesos, ni de matriculación, ni de evaluación, ni de
rectificación, ni de asistencia, ni de registro, ni de actas, ni de ubicación
en el día memorable del 2 de julio de 2012. Ni consta que se formase un tribunal
regular, ni deja de sorprender la coincidencia de dos errores similares en su
caso, ni las modificaciones posteriores a esa fecha…
Alguien, sin
necesidad de torcer los datos, ni los hechos, podría pensar razonablemente que
ese master no lo cursó usted, al menos en el sentido de lo que significa
cursar. E incluso que no hay un trabajo final suyo acreedor de nada menos que
24 créditos.
Trataremos de
facilitar su aclaración subrayando en una posterior intervención los extremos
que precisan explicación.
Hemos de comprobar
si se ha incumplido el Código Ético de los Altos Cargos de la Administración,
aprobado por su Gobierno, para toda la Comunidad, y que a usted también le
incumbe. O incluso si se ha trasgredido algo más.
De ser así, la
gravedad pasaría a ser emergencia. Necesitamos que la Comunidad de Madrid no se
vea una y otra vez en la necesidad de ocuparse del proceder de personas de su Partido.
Hoy, de su propio proceder. No basta con hacer ostentación del trabajo que uno
hace, sino que se trata de hacer el trabajo que se debe hacer. Ahora le
corresponde aclarar este asunto. Esta es una ocasión magnífica para que nos
ofrezca usted la verdad de lo sucedido. Solo desde ella podremos mejorar la
Comunidad.
Segunda Intervención
Su intervención no ha
despejado las dudas razonables sobre este asunto. La confianza que podamos
tener los madrileños y madrileñas en usted como presidenta de la Comunidad
de Madrid se ve, por tanto, seriamente afectada. Y necesitamos esa confianza.
Pero debe estar amparada en actuaciones adecuadas y en explicaciones convincentes.
Usted,
o personas de su entorno, han ido cambiando la versión de lo sucedido a medida
que se conocían nuevos datos. El resultado es que cada vez la cosa se oscurece
más, se enrarece.
La
primera información decía que usted se matriculó en el Máster de Derecho Público del Estado Autonómico de la Universidad
Rey Juan Carlos en el curso 2011-2012. Ahora parece que lo hizo fuera de plazo.
Una irregularidad.
Consta
en el expediente que la Universidad conserva que aprobó varias asignaturas
excepto Financiación de las comunidades
autónomas, de 3 créditos, y el Trabajo
Fin de Máster (TFM), de 24 créditos, donde en las actas figura como “No
Presentado”. Primero dijeron que es porque se había dejado 2 asignaturas de las
que se matriculó más tarde. Con posterioridad, una nueva versión señaló que
todo se aprobó en el primer curso matriculado, aunque haya una matriculación
posterior. Más confusión.
Se cambiaron
dos notas de "No Presentado" a "Notable", ambas con un
coincidente 7,5, dos años después de matricularse. Irregular. Lo hizo una funcionaria
que ni trabajaba en el Servicio de Posgrado ni en el mismo campus donde se
impartía esa titulación. También irregular.
Las
primeras informaciones que dio la Universidad y las que dio inicialmente usted
no cuadran. La propia Universidad ha acordado recabar más datos para conocer
exactamente la situación. Fíjese usted a donde ha llegado con este asunto que
ya no sólo ha puesto en cuestión su credibilidad, sino la de la propia
Universidad. De nuevo, confusión. De nuevo, implicando a otros.
La
normativa de la Universidad indica que el Trabajo Fin de Máster se realizará en
defensa pública y presencial, tras haber superado el resto de las asignaturas.
De hecho parece ser que hay constancia de que se matriculó en el curso
2012-2013 en las dos asignaturas pendientes, una de ella este Trabajo… O no.
Cada día sostienen una cosa diferente. Y esto es decisivo. Más y más confusión.
Según
el sistema informático de la Universidad no es que las asignaturas se aprobaran
en un curso posterior, sino que se modificaron casi 3 años después las
calificaciones de “No presentado” en el primer curso en el que se matriculó.
Más irregularidades.
Los
sistemas informáticos permiten modificar notas que pueden provenir de un error
al transcribirlas, pero las universidades controlan mucho esto para evitar
manipulaciones. Siempre parten de unas actas proporcionadas por el profesor.
Requieren garantías para que nadie pueda atribuirse títulos no cursados. Es
evidente que puede haber errores, pero improbable en másteres con un número
reducido de estudiantes. Y los errores se corrigen al poco tiempo de rellenarse
el acta. La posibilidad de modificación posterior queda abierta a reclamaciones
complejas (defensor universitario, tribunal adicional, resolución judicial)
algo potencialmente posible pero altamente inusual. Y desde luego es
inverosímil que en dos actos diferentes de calificación se produzca el mismo y
significativo “error administrativo” en la misma persona. Irregular e
increíble.
A partir de ese momento, no
cesa la revelación de presuntas irregularidades sobre el máster que usted
manifiesta haber cursado.
Primero, sus compañeros de clase no
recuerdan haberla visto nunca en el aula, a pesar de tratarse de un programa
presencial de 600 horas. Ahora tiene usted que aclarar, en esta sede
parlamentaria, si asistió a las clases o no.
Segundo, la composición de la
Comisión de Evaluación del Trabajo de Fin de Máster era ilegal, ya que las tres
profesoras no deberían haber sido de la misma universidad. Tampoco parece
normal que tenga usted como alumna el acta que firmaron supuestamente ellas.
Ilegal e irregular.
Tercero, el Trabajo Fin de Máster
no aparece, aun siendo el trabajo más relevante de un postgrado de esas
características, que debe ser dirigido por un tutor. Ese trabajo aún no ha sido
presentado hasta el momento ni por usted ni por la propia Universidad. Por eso
necesitamos que nos dé para empezar su palabra de que lo entregó y defendió.
Cuarto, la Universidad Rey
Juan Carlos, tras una confusa rueda de prensa, con explicaciones
insuficientes, ha abierto una investigación a la que ha incorporado
observadores externos.
En 2012 usted ya era la
delegada del Gobierno en Madrid, aunque nos ha presentado documentos fechados
con anterioridad con la profética dirección de su domicilio en la Delegación
del Gobierno.
La Universidad pública debe
ser la primera interesada en constatar si la obtención de su Máster ha
obedecido a motivos académicos y a un proceder intachable. Lo necesita también usted, lo necesitan
quienes han estudiado y estudian, han trabajado y trabajan en esa Universidad,
singularmente quienes cursaron efectivamente ese Máster, todo el sistema
universitario público y todos los ciudadanos. No basta con una documentación
incompleta que no se corresponde en absoluto con los procedimientos y
documentos de estos procesos en la Universidad.
Los escritos de asociaciones,
de estudiantes (que han llevado el asunto nada menos que a la Fiscalía), de
profesores; incluso la recogida de miles de firmas, evidencian que se demanda
una explicación verosímil, compatible con los hechos. Hasta el momento seguimos
sin una aclaración razonable.
Señorías, aquí no solo
está en juego la honestidad y la honradez. Aquí también está en juego el
prestigio y la reputación de instituciones públicas: por un lado, la Presidencia
y la propia Comunidad de Madrid. Y, por otro lado, la Universidad Rey Juan
Carlos y la Universidad, más concretamente la Universidad pública. ¿Qué sentido
tiene poner todo esto en cuestión para
pugnar por tener más diplomass? Siempre defenderemos la buena formación,
pero eso incluye, de modo decisivo, el comportamiento como ciudadanos y
ciudadanas responsables. Hay dignísimos diputados con biografías y competencias
que no se agotan en su titulación académica. Personas comprometidas con la
ciudadanía y de comportamiento intachable ¿Es más importante lucir un
currículum y ostentar un máster supuestamente no cursado que trabajar honestamente
por el bien común? ¿No es más importante ser capaz de decir la verdad que
exhibir títulos que no han supuesto para uno mismo esfuerzo y conocimiento?
La necesidad de credibilidad que usted
tiene no va a resolverla con la presentación de una querella aún por confirmar
contra unos periodistas que han ofrecido una información seria y argumentada.
Como ha señalado hoy Sol Gallego, “periodismo es la indagación de los hechos en
busca de la verdad”. Si usted dispone de otra más verosímil, ofrézcala.
En las democracias avanzadas, falsear el
propio currículum por quienes desempeñan puestos públicos conlleva serias
consecuencias. Es el engaño lo que se penaliza. Asuma su responsabilidad con
una versión verdadera de lo ocurrido o con las consecuencias de no hacerlo. No
bastará con hablar de otros asuntos. Hoy la comparecencia es para dilucidar la
veracidad de su expediente, esta vez en lo relativo al máster que en su
currículum figura como cursado.
En su desconsideración con
este asunto, señora presidenta, no puede usted arrastrar a toda la región, a
instituciones con personas honradas, esforzadas, honestas y trabajadoras, que
son mayoría en la Comunidad de Madrid. La falta de una adecuada
explicación dañará aún más a las instituciones, y eso es ya un perjuicio
democrático que entre todos estamos en la obligación de evitar. Usted también.
Si no la ofrece su currículum sería mera apariencia de lo sucedido. Y así no se
puede ser presidenta.
Asuma su responsabilidad con
todas las consecuencias. No es un hecho menor, sino todo un síntoma de un modo
de concebir el ejercicio del poder como un privilegio que le exime de los
mismos requerimientos que sus iguales. No hay razón para que usted tenga ese
privilegio.
En nuestro Grupo entendemos
que nos corresponde asumir la responsabilidad de nuestra tarea parlamentaria.
Lo hacemos y lo haremos. Ahora es su oportunidad, a fin de no dañar más a la
Comunidad de Madrid.
A falta de una explicación
verosímil hemos de pensar cuál ha de ser nuestra responsabilidad para reclamar la
suya, antes de que el perjuicio institucional sea aún mayor.
Suele decirse que Voltaire
señaló que: “Las falsedades no solo se oponen a la verdad sino que a menudo se
contradicen entre sí”.
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